España es uno de los países donde cuidamos más la alimentación y mucha gente se ha pasado al mundo de las dietas básicamente vegetales. Las mujeres son más propensas al cambio principalmente por motivos de salud y después por motivos de concienciación medioambiental y de protección animal. La dieta flexitariana hace ...
España es uno de los países donde cuidamos más la alimentación y mucha gente se ha pasado al mundo de las dietas básicamente vegetales. Las mujeres son más propensas al cambio principalmente por motivos de salud y después por motivos de concienciación medioambiental y de protección animal.
La dieta flexitariana hace acto de presencia como una nueva alternativa dietética que destaca por ser bastante equilibrada. ¿En qué consiste y cuáles son sus principales diferencias con respecto a la vegana?
Se trata de una dieta vegetariana donde existe un consumo reducido de productos derivados de los cuerpos de animales. Como su propio nombre indica, es algo más flexible que otras dietas al no restringir por completo el consumo de carne. Eso sí, los flexitarianos solo consumen alimentos de origen animal procedentes de la pesca sostenible y de la cría ecológica.
Esta dieta rechaza el impacto ambiental ante el consumo de piezas y el abuso de explotación animal. Lo cierto es que se trata de una magnífica opción para las personas que no quieren acabar con el consumo de carne en su dieta, pero sí quieren limitar su ingesta. También supone una buena alternativa para los iniciados que quieren convertirse en veganos o vegetarianos, y la falta de costumbre les obliga a hacerlo poco a poco.
Los veganos no consumen carne, huevos, pescado, miel y otros alimentos que conlleven un proceso animal. El flexitariano, por su parte, puede estar varios días sin comer estos productos, pero no los elimina por completo de su dieta.
De esa forma, el veganismo es más un estilo de vida, una filosofía que incluye el respeto hacia el medio ambiente y los animales. Incluso también limitan su armario a prendas que no hayan sido confeccionadas con tejidos de origen animal. En este sentido, difiere enormemente de la dieta flexitariana.
El veganismo incluye la ingesta de algunos suplementos con vitamina B12 y similar para evitar ciertas carencias nutricionales. Por esa razón, la presencia de un nutricionista es clave, algo que no sucede en el caso de la dieta flexitariana, donde no resulta imprescindible la ayuda de un profesional.
Por supuesto, a la hora de adoptar cualquier dieta como es el caso de la flexitariana, aunque no sea indispensable, siempre viene bien contar con un menú personalizado elaborado por un dietista o nutricionista. Estos profesionales de la salud llevarán a cabo una planificación elaborada para que en ningún caso falten nutrientes.
El menú de la dieta flexitariana está compuesto básicamente por verduras y hortalizas, así como huevos y lácteos. Si bien, cuenta con una ventaja muy importante frente a la vegana, la ingesta de carnes y pescados que aportan al cuerpo las vitaminas que necesita. Y es que aunque su consumo sea esporádico y limitante, no es prohibitivo como en el caso de los veganos.
La dieta flexitariana aporta mucha fibra, hidratos de carbono complejos, vitaminas, minerales y antioxidantes. Esto reduce el riesgo de padecer diversos tumores como el de colon, siendo también de gran ayuda en la prevención de patologías crónicas.
Al ser fuente de ácidos grasos omega 3 y bastante pobre en grasas saturadas, generan un efecto cardioprotector. Esto significa que influye positivamente en la salud cardiovascular, dando lugar a una protección cardiaca y favoreciendo la recuperación del corazón tras sufrir un infarto.
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