La dieta FODMAP ayuda a todos aquellos que sufren de alguna patología de carácter intestinal. Al seguir la alimentación más característica de esta dieta es posible mejorar o incluso eliminar los síntomas más incómodos, y es su funcionamiento consiste en la eliminación de alimentos que por su condición resultan complicados de digerir.

¿Qué es la dieta FODMAP?

Hablamos de un tipo de alimentación, divulgada por varios investigadores australianos, en la que se restringen los carbohidratos que resultan difíciles de absorber en el intestino. Básicamente sirve para limitar los alimentos que causan problemas intestinales como son: diarreas, flatulencias, dolores en abdomen, hinchazón abdominal, etcétera.

Esta dieta, por tanto, mejora ciertas patologías relacionadas con: la colitis ulcerosa, el colon irritable, la enfermedad de Crohn o el Síndrome de Intestino Irritable.

¿Cómo funciona la dieta FODMAP?

Básicamente, los alimentos que están totalmente desaconsejados en la dieta FODMAP y por lo tanto deben ser eliminados son los siguientes:

• Productos lácteos y derivados.
• Frutas, tanto frescas como desecadas, como mangos, sandías, uvas, arándanos, manzanas, fresas, frambuesas, cerezas, ciruelas, aguacates, brevas, melocotones, moras, melones y albaricoques.
• Cereales como avena, cebada, trigo integral, arroz integral y centeno.
• Frutos secos como cacahuetes, piñones, pistachos, pipas, almendras, anacardos, avellanas, piñones o nueces.
• Verduras como las coles de Bruselas, coliflor, berenjena, alcachofa, espárragos, pimientos, puerro, setas remolacha, brócoli, cebolla, ajo y alcachofa.
• Legumbres del tipo garbanzos, lentejas, alubias, habas y guisantes.
• Carnes procesadas, así como embutidos y similares.
• Azúcar y dulces.
• Edulcorantes naturales y artificiales como jarabes, miel, fructosa, azúcar, sorbitol, xilitol, manitol y más.
• Bebidas al más puro estilo cerveza, café, refrescos, té, zumos de frutas de supermercado, licores y vino.

Normalmente esta dieta pasa por tres etapas diferentes:

• La primera es la de restricción que incluye precisamente la eliminación de todos los alimentos anteriores y cuya duración aproximada es de 6 a 8 semanas.
• En la fase de reintroducción se pueden introducir algunos alimentos que hasta este momento no estaban permitidos. Este periodo suele durar de 8 a 12 semanas.
• La última fase consiste en personalizar la dieta para controlar los síntomas, al mismo tiempo que se obtiene una variedad alimentaria adecuada.

Sus principales beneficios

• Este tipo de dieta es perfecta para aquellas personas que padecen enfermedades intestinales. Aquellos que padecen síndrome de intestino irritable pueden reducir los síntomas de la patología hasta en un 70%.
• Se reducen los sustratos fermentables de la bacteria intestinal, por lo que los síntomas de la patología mejoran. Lo que ocurre es que tanto el dolor abdominal como la inflamación disminuyen, por lo que las flatulencias y las evacuaciones del intestino disminuyen.
• También es aconsejable para los pacientes con trastornos funcionales intestinales, así como los que sufren enfermedades orgánicas del tubo digestivo.
• Es posible que, una vez realizada una dieta introductoria, los pacientes puedan volver a tolerar ciertos alimentos como la lactosa, las legumbres y las frutas. Aunque el consumo de estas sustancias debe ser vigilado por nutricionistas, dietistas o médicos.

Se trata de una dieta muy estricta que debe ser introducida lentamente con ayuda de expertos. Cada persona es diferente y es necesario personalizarla para garantizar que existe la ingesta de fibra. No hay que olvidar que esta dieta es baja en fibra, lo que puede resultar un serio inconveniente para las personas que padecen problemas de estreñimiento.