La implantación del denominado pin parental en la Región de Murcia sigue dando que hablar y planteando muchas dudas. ¿Qué consecuencias prácticas puede tener sobre el niño, sobre el profesor y sobre el colegio un sistema que exige la autorización previa y expresa de los progenitores para que sus hijos ...
La implantación del denominado pin parental en la Región de Murcia sigue dando que hablar y planteando muchas dudas. ¿Qué consecuencias prácticas puede tener sobre el niño, sobre el profesor y sobre el colegio un sistema que exige la autorización previa y expresa de los progenitores para que sus hijos puedan participar en determinadas actividades? Sobre todo, las que aborden cuestiones relacionadas con la formación afectivo-sexual o que supongan un problema para la moral de la familia?
Importancia de estos contenidos
En primer lugar, según los expertos, cabría preguntarse qué importancia tiene este tipo de contenidos y si dentro de la escuela no debería optarse por una enseñanza ajena por completo a cualquier valor; ¿sería esto posible?, ¿y deseable? José Ramón Ubieto, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, cree que «es obvio que debe enseñarse en el colegio todo aquello que permita al niño o la niña conocer el mundo complejo y diverso en el que vive. La educación es un invento para llevar a alguien de la familia al mundo adulto, obliga a ver las cosas de una forma distinta a como se presentan en casa. Una educación sin valores sería indeseable. Hay principios muy básicos que deben compartirse en todos los sistemas educativos. Están recogidos en los derechos humanos y tienen que ver con el respeto a la diferencia, el derecho a la vida, a la intimidad, etc.».
Por su parte, Miquel Castillo Carbonell, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, también cree que «estos contenidos no pueden obviarse, forman parte de la construcción de la identidad sexual y de género, y por lo tanto del proceso de formación personal. La escuela es corresponsable y permite dinámicas más flexibles, abiertas y críticas. La familia, si marca una línea muy clara, puede adoctrinar, pero la escuela es más difícil por la pluralidad de docentes, compañeros, etc.».
La autoridad del profesor, socavada
De momento, y con la excepción desde septiembre de la Región de Murcia, la legislación española no permite a los padres vetar ningún tipo de contenido. ¿Cómo cambiarían las escuelas si el pin parental empezara a ponerse en práctica?
«Esta medida crearía una segregación en el funcionamiento del aula al introducir una división entre los alumnos totalmente innecesaria y les trasladaría una brecha que ellos no han creado», asegura Ubieto. Aunque el profesor considera que resulta difícil conocer a priori los efectos que tendría su implantación, sí destaca otro posible efecto aún peor: «Este tipo de propuestas socava la autoridad del maestro, que ya de por sí está en precario. El mensaje que se envía a los alumnos es que no todo lo que el maestro dice es creíble y él también puede producir fakes. Eso, desde un punto de vista pedagógico, es lo más grave porque aumenta la desconfianza hacia los docentes».
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