Aunque el anuncio de la compañía china coincide en el tiempo con la eclosión del COVID-19 (coronavirus), no guarda -en principio, y según afirman desde Xiaomi- una relación de causalidad con este, si no que la `sincronización´ es pura coincidencia. Y no es tampoco que la mascarilla vaya a ser lanzada ...
Aunque el anuncio de la compañía china coincide en el tiempo con la eclosión del COVID-19 (coronavirus), no guarda -en principio, y según afirman desde Xiaomi- una relación de causalidad con este, si no que la `sincronización´ es pura coincidencia.
Y no es tampoco que la mascarilla vaya a ser lanzada al mercado de forma inmediata, sino que lo que ha hecho Xiaomi es patentarla, lo que abre la puerta a que en un futuro sea fabricada... o no, es de suponer que dependiendo de la demanda del mercado.
De todos son sobradamente conocidos los problemas por los que pasan desde hace unos años las ciudades chinas y, desde antes, las grandes ciudades orientales en general: la contaminación atmosférica.
Debido a un proceso de industrialización que se ha acelerado espectacularmente en estas últimas décadas y a un incremento en el poder adquisitivo de la población en general, la adquisición de vehículos a motor que generan gases contaminantes, las proliferación de industrias que también lo hacen, el apelotonamiento en las grandes urbes, y la explotación de los recursos, han provocado graves problemas de calidad del aire, de los que todos hemos podido saber por los informativos.
Es a paliar dicho problema a lo que se dirige la mascarilla de Xiaomi.
Bautizada como F95, dispone de sensores de miden la calidad del aire además de otros parámetros relativos al tiempo, que comunican al smartphone a través de una conexión Bluetooth.
No deja, pues, de ser un wearable que nos permite ver la información sobre la calidad del aire en tiempo real, facilitándonos saber cuando esta es suficientemente buena como para quitarnos la misma mascarilla (y, luego ¿qué? ¿Cuando nos la volvemos a poner?).
Para medir la calidad del aire, lo que hacen dichos sensores es calcular la cantidad de partículas en suspensión por unidad cúbica de espacio de aire, con lo cual podemos obtener un baremo mensurable de la calidad de este.
Obviamente, un filtro de aire no deja pasar dichas partículas a la parte interior de la máscara, limpiando el aire para permitirnos respirarlo más limpio.