La literatura erótica se las ha tenido que ver a menudo con los jueces de la censura editorial y ha gozado de mayor o menor promoción según las épocas históricas. Aunque muchos creen que el libro indio del Kama sutra (siglo IV) fue el principio de todo, ya en el año 300 a. C. los poemas de Sótades le costaron la cárcel y posteriormente la vida al poeta griego.

Con el paso de los años nos llegarían desde oriente las aventuras de Scheherezade en Las mil y una noches, las historias macabras del Marqués de Sade, que darían nombre al sadismo, o las triquimañas del los monjes del Decamerón para seducir a las monjas del convento. En el siglo XVII nacería el Don Juan y más tarde Leopold von Sacher-Masoch bautizaría el masoquismo con La venus de las pieles. Casi medio siglo después, en Alemania, atribuirían al autor de Bambi, Felix Salten, la autoría de Josephine Mutzenbacher, uno de los libros más polémicos de Alemania que se atrevió a desafiar a la crítica y a la censura tratando tabúes como el incesto, la prostitución infantil, la violación o la homosexualidad.

Los libros electrónicos, una de las claves

Aunque también tenemos ejemplos de literatura erótica más recientes como el Lolita de Nabokov, las trilogías de Henry Miller o Las edades de Lulú de Almudena Grandes, ninguno de ellos gozó ni ha gozado de la repercusión mediática que están teniendo los libros de E. L. James. Las Cincuenta sombras de Grey de esta escritora británica ya han eclipsado las librerías físicas y digitales de medio mundo y se han situado en el número uno de ventas en todas las librerías.

El ebook nos han dado un empujón en este sentido, puesto que es más fácil leer literatura erótica detrás del anonimato de tu lector de libros electrónico favorito que detrás de un libro de papel forrado con papel de periódico que delata al más puritano. Además, las plataformas digitales de publicación editorial como Bubok permiten publicar todo tipo de obras que, de otra forma, no encontrarían nada más que escollos en el las editoriales tradicionales, que siguen mostrándose reacias a publicar historias poco convencionales. En especial, los autores de historias sexuales o amorosas entre personajes del mismo sexo siguen teniendo que vender sus historias a editoriales especializadas en este género como Egales o Stonewall para poder ver su trabajo en librerías físicas.

Y tú, ¿conoces algún otro libro que te haya subido la temperatura corporal?