Llegan las prótesis controladas por la mente que permiten "sentir"

Guillem Alsina

El sistema ha sido probado durante años, y las nuevas prótesis ya son suficientemente seguras para ser utilizadas.

20/05/2020

En la Universidad Tecnológica de Chalmers (en Goteborg, Suecia) hace años que trabajan con extensiones prostéticas de los brazos que pueden ser controladas con la mente y, además, permitan a sus poseedores y usuarios recuperar las sensaciones del miembro perdido. El experimento, reflejado en un artículo publicado en el New England ...

En la Universidad Tecnológica de Chalmers (en Goteborg, Suecia) hace años que trabajan con extensiones prostéticas de los brazos que pueden ser controladas con la mente y, además, permitan a sus poseedores y usuarios recuperar las sensaciones del miembro perdido.

El experimento, reflejado en un artículo publicado en el New England Journal of Medicine, empezó hace siete años con varios sujetos de estudio que incorporaron las prótesis controladas por la mente, y las cuales fueron actualizadas hace unos año para permitir que las personas que las utilizaban `sintieran´ los objetos que la mano prostética tocaba.

¿Y cómo puede una mano prostética `sentir´ lo que toca, además de ser controlada con la mente? El control del miembro artificial se realiza a través de electrodos implantados en los nervios y músculos (la parte del brazo o mano implantada se conecta con el hueso para fijarla), de forma que esta se integra en el cuerpo, recibiendo impulsos eléctricos de los músculos y nervios.

Dichos impulsos se generan a partir de las señales enviadas por el cerebro para controlar el miembro que antes "estaba ahí". La persona solamente tiene que pensar como si todavía tuviera su mano o brazo.

Además de facilitar una operativa mucho más precisa, permitiendo tomar con las manos objetos delicados, puede generar señales eléctricos de vuelta, que llegan a la musculatura y, de ahí, al cerebro proporcionando de esta forma la suerte de `sensaciones´ al usuario.

Los sensores de fuerza ubicados en el pulgar de la mano prostética (al ser el dedo que permite la función prensil en los humanos) miden la presión aplicada en el contacto, información que es transmitida a los nervios del paciente a través de la conexión del brazo.

Otra ventaja del desarrollo de la Universidad de Chalmers es que toda la electrónica necesaria para el funcionamiento del brazo prostético, incluída la batería, se encuentra dentro del artilugio, con lo que el usuario no necesita de acarrear una bolsa (por pequeña que esta sea) con él que disponga de la electrónica necesaria para el correcto funcionamiento del brazo.

Los nuevos brazos prostéticos son seguros y estables a largo plazo. De hecho, la tecnología ha sido utilizada por los sujetos de estudio durante sus actividades diarias, sin ninguna intervención por parte de los investigadores que los han desarrollado. Su uso tampoco está restringido a espacios confinados.

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