Smartphones: el vehículo perfecto para contagiar el Coronavirus
Un estudio de la universidad australiana de Bond concluye que deberíamos desinfectar nuestros terminales a diario.
Nuestros smartphones constituyen una plataforma perfecta para el transporte y contagio de microorganismos de todo tipo, desde virus hasta hongos. Y no lo digo yo, lo dicen hasta 56 estudios independientes llevados a cabo en 24 países del mundo, que la Universidad de Bond (Gold Coast, estado de Queensland, Australia) ...
Nuestros smartphones constituyen una plataforma perfecta para el transporte y contagio de microorganismos de todo tipo, desde virus hasta hongos. Y no lo digo yo, lo dicen hasta 56 estudios independientes llevados a cabo en 24 países del mundo, que la Universidad de Bond (Gold Coast, estado de Queensland, Australia) ha compilado y revisado para llegar a tal conclusión.
Y no hablamos solamente del Coronavirus que causa la COVID-19, sinó de cualquier tipo de microorganismo, y aunque la mayoría pueden resultar inofensivos, la actual situación nos obliga a extremar las precauciones.
Es por ello que la recomendación última que nos dan los responsables de la realización del estudio por parte de la universidad australiana, es que desinfectemos nuestros terminales de forma diaria. Pero ¿cómo hacerlo?
Tal y como nos explica este artículo, la forma más eficiente de limpiar y esterilizar nuestro terminal es mediante el uso de rayos ultravioleta.
Está sobradamente demostrado, que la influencia de la luz ultravioleta situada entre los 200 y los 280 nanómetros durante un tiempo suficiente, es garantía de la completa higienización de cualquier objeto y, entre ellos, un teléfono móvil.
Para ello, podemos utilizar aparatos como este, que permiten eliminar los gérmenes y otros `bichos´ tanto de la superficie de nuestro smartphone, como de otros objetos, por un precio inferior a los 40 €.
Dicho aparato debe ser utilizado durante 10 minutos, garantizando la eliminación del 99,99% de los gérmenes.
Otras posibles soluciones, estas ya más caseras, pueden consistir en mojar bastoncillos para las orejas en alcohol isopropílico en una solución al 70%, y pasar dicho bastoncillo a conciencia por todo el terminal.
Igualmente, un paño de microfibra ligeramente empapado en agua oxigenada, puede constituir un remedio para quienes no puedan disponer de los elementos antes indicados. El agua oxigenada es casi un must en cualquier botiquín doméstico, mientras que un paño de microfibra puede ser, por ejemplo, el mismo que utilizamos para limpiar los cristales de unas gafas.
