Con la indeseada llegada de la COVID-19, han surgido ciertos temores e, incluso, tabúes; por ejemplo: ¿tocarías el botón de un ascensor? A lo mejor en el edificio en el que vives, sí, pero ¿y en un edificio de oficinas al que has ido de visita? Quien sabe quien ha ...
Con la indeseada llegada de la COVID-19, han surgido ciertos temores e, incluso, tabúes; por ejemplo: ¿tocarías el botón de un ascensor? A lo mejor en el edificio en el que vives, sí, pero ¿y en un edificio de oficinas al que has ido de visita? Quien sabe quien ha tocado ahí... Y esta misma situación la podemos extender a quioscos de información pública con pantalla táctil entre otros.
Por fortuna, existe una alternativa a la tecnología táctil de todo tipo, y que no se basa en el tacto, si no en los gestos. Una de las empresas desarrolladoras de este tipo de solución es GestureTek.
Las soluciones de dicha empresa funcionan tanto siendo manejadas por los dedos/manos haciendo gestos ante la pantalla (gestos que son captados por una cámara e interpretados por el sistema), como respondiendo a los movimientos de todo el cuerpo.
Los campos de aplicación son variados, yendo desde la mera información hasta el campo educacional pasando por el puro entretenimiento.
Además, las interfaces de uso pueden ser proyectadas sobre cualquier superficie, y no solamente ser vistas en una pantalla. Así, por ejemplo, podemos proyectarla en el suelo para poder interactuar con ella mediante los pies, o en una pared.
Otro invento que va en el mismo sentido son los botones holográficos para ascensores que se han introducido en China, los cuales permiten a los usuarios marcar a qué piso quieren ir sin tener que tocar nada.
En la misma línea, otra tecnología que nos ayuda a realizar elecciones es la del reconocimiento de voz, la cual está llegando a un punto en que resulta muy interesante. Pensemos, si no, en asistentes digitales tales como el Alexa de Amazon o el Google Now, los cuales reconocen mil y una órdenes de distintas personas sin tener que entrenarlos. Además, en este caso contamos con la ventaja de que la voz se utiliza en un espacio reducido, sin ruido de fondo (por lo menos, no en principio).
Un sistema que permita reconocer la orden para que el ascensor vaya a un piso determinado, es todavía más simple, por lo que los resultados tienen que ser todavía mejores.