El objetivo fundamental de esta campaña es tratar de aportar ideas a un problema que cada vez afecta más a nuestra sociedad, sobre todo a los adolescentes, y cuyas cifras alcanzas las 300.000 personas. Así, esta campaña de sensibilización pretende comunicar con los pacientes a través de las farmacias, ya ...
El objetivo fundamental de esta campaña es tratar de aportar ideas a un problema que cada vez afecta más a nuestra sociedad, sobre todo a los adolescentes, y cuyas cifras alcanzas las 300.000 personas. Así, esta campaña de sensibilización pretende comunicar con los pacientes a través de las farmacias, ya que, según los expertos, una detección temprana puede ser fundamental para luchar contra este problema.
Durante la presentación, Raquel Linares, responsable de promoción de la salud de Fundación Fita, destacó que los trastornos alimentarios a veces son muy difíciles de comprender. "Nosotros llevamos años trabajando en la prevención. Por ello, el objetivo de esta campaña, con información y teléfonos de contacto [con especialistas], pretende que pueda entenderse mejor lo que subyace detrás del trastorno alimentario y que lo mejor que tenemos todos es lo que somos", comentó. Asimismo destacó que se trata de una enfermedad que conlleva una serie de problemas que acaban convirtiéndose en algo muy grave para la salud pública. De ahí que la detección a tiempo resulte vital para una fácil recuperación.
La encargada de abordar los trastornos alimentarios desde una base científica, Montserrat Graell, jefa de servicio de Psiquiatría y trastornos alimentarios del hospital Niño Jesús y presidenta de AEETCA, sostuvo que se trata de "enfermedades mentales que pueden ser muy graves y con alto grado de complejidad". Sobre todo, porque como advirtió Graell, son enfermedades que pueden ir acompañadas de conductas compensatorias de la entrada de alimentos mediante vómitos, uso de laxantes o la práctica de ejercicio de forma compulsiva. "Estas alteraciones de la conducta van acompañadas de una psicopatología relacionada con el peso y con la imagen corporal. La edad de inicio media se sitúa en los 13 años y son enfermedades con tendencia a la recaída". Eso sí, quiso dejar claro que la recuperación completa es posible.
En cuanto a los indicios para saber si una persona sufre anorexia o bulimia, los expertos destacan:
1. la elevada pérdida de peso en muy poco tiempo,
2. pedir información o indagar acerca de consejos dietéticos o
3. comprar purgas o laxantes en repetidas ocasiones.
En este sentido Graell precisó que, en el adolescente, podría vislumbrarse un creciente interés por la composición calórica de los alimentos, por pesarse o por la cantidad que se ingiere. "Saltarse las cenas es uno de los signos" –matizó. "Todo ello acompañado por un cambio en el estado de ánimo, mayor irritabilidad o un interés por el ejercicio físico que antes no tenía".