Todos sabemos que las modas van y vienen, y que algunas de ellas pueden llegar a causar grandes problemas y trastornos a gente que desea y necesita ser aceptada y cumplir con los cánones de belleza del momento.

Hace ya décadas que la piel pálida dejó de considerarse sinónimo de belleza y elegancia. Hoy en día, parece no haber nada más atractivo que una piel bronceada. Buena prueba de ello son los cientos de anuncios publicitarios que reclaman cuerpos dorados al sol y el auge de locales que ofrecen sesiones de rayos UVA para mantener nuestros cuerpos bronceados sea cual sea la época del año.

Sol sí, pero con protección y en su justa medida

Aunque todos sabemos que el sol es la fuente principal de energía, es necesario recordar que la exposición sin protección y durante un horario inadecuado puede tener serias consecuencias para nuestra piel y nuestro organismo. Proteger tu piel durante las horas de exposición al sol es imprescindible para evitar quemaduras y otras consecuencias derivadas de ello mucho más graves como el cáncer de piel.

En su afán por conseguir un tono de piel dorado, muchas personas caen en el error de prescindir del protector solar o sustituirlo por aceites que potencian el bronceado. Aunque algunos de estos aceites también incorporan protección solar, si el grado de protección no está explícitamente indicado en el envase, no debes olvidar combinarlos con loción protectora.

Un problema de percepción

Al igual que ocurre con la anorexia o la vigorexia, el tanoréxico tiene graves problemas de percepción sobre su propio cuerpo y su imagen. A la hora de emitir un veredicto, no creerá lo que el espejo o los de su alrededor le digan, sino que considerará que su cuerpo nunca está lo suficientemente bronceado.

Aunque se ha empezado a hablar de este trastorno hace relativamente poco, el número de personas que se ven afectadas por el mismo va en aumento con el paso del tiempo debido, en gran parte, a la presión publicitaria y social. En 2012 conocíamos el caso de una mujer de Nueva Jersey de 44 años arrestada por exponer a su hija de cinco años a sesiones de rayos UVA y provocarle graves quemaduras.

Por su condición geográfica y climática, España es uno de los países con mayor número de afectados por este trastorno, y el porcentaje de mujeres es mucho más elevado que el de hombres.