El trastorno del deseo sexual hipoactivo se puede resumir como el bajo interés que existe hacia el erotismo en general. Este tipo de patología aparece ante la inexistencia de fantasías sexuales o pensamientos instintivos, la escasa motivación ante las relaciones íntimas o la poca frecuencia de encuentros sexuales. El deseo sexual ...
El trastorno del deseo sexual hipoactivo se puede resumir como el bajo interés que existe hacia el erotismo en general. Este tipo de patología aparece ante la inexistencia de fantasías sexuales o pensamientos instintivos, la escasa motivación ante las relaciones íntimas o la poca frecuencia de encuentros sexuales.
El deseo sexual hipoactivo afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque son éstas las que acuden a consulta con mayor regularidad para tratar de solucionar el problema. Los sexólogos suelen hablar de insatisfacción, dejando a un lado la palabra trastorno, que suele asociarse a una enfermedad o patología. Y es que en la mayor parte de los casos, el deseo sexual hipoactivo no es el resultado de una disfunción sino de otras condiciones o circunstancias que explicarían la falta de deseo.
Las insatisfacciones que se encuentran asociadas al deseo erótico o sexual no hacen distinciones por edad o sexo. Pueden aparecer en cualquier momento de nuestra vida, independientemente de la edad que tengamos.
Cuando conocemos a alguien y nos encontramos en los primeros meses de enamoramiento, solemos desear más y ser deseados, dando lugar a un equilibrio entre la pareja. Normalmente aparecen en relaciones largas, aunque podemos encontrar casos en los que se experimenta esta falta de deseo en la fase inicial de una relación.
En cuanto a las causas que pueden influir en la reducción del deseo erótico, éstas son algunas de las más destacadas:
Cuando el trastorno del deseo sexual hipoactivo afecta a la pareja, lo más recomendable es evaluar cada caso y conocer los aspectos que están influyendo negativamente en una persona para adoptar la mejor solución.
La sequedad vaginal puede ser una de las causas que expliquen el deseo sexual hipoactivo, aunque también puede ser una consecuencia ante la falta de apetito sexual.
Al tener relaciones, muchas mujeres padecen coitos dolorosos. Si el dolor no desaparece con el paso del tiempo, el deseo erótico se pierde; y es que aquello que resulta molesto, no suele ser apetecible. Por otro lado, si apenas existe deseo o satisfacción, el proceso de lubricación se dificulta, de ahí que aparezca el temido dolor.
Lo más aconsejable en estos casos es pedir cita con un experto sexólogo. Puesto que las causas no siempre son las mismas, la terapia sexual es la mejor opción para evaluar cada caso y saber los motivos por los que el deseo ha disminuido considerablemente.
Aunque el problema venga de uno de los miembros de la pareja, normalmente es algo que debe abordarse y solucionarse juntos. Y es que a la hora de obtener mayor información, es preciso que intervengan los dos y saber el grado de intimidad que existe entre ambos.
En estas sesiones, el profesional hará todo lo posible para que la pareja se sienta relajada y a gusto para comentar abiertamente su problema. Tras exponerlo, el terapeuta intentará discernir la causa relacionada con su conducta sexual.
Para hacerse una idea más aproximada y saber hasta qué punto puede ayudar a la pareja, el terapeuta hará algunas preguntas como las siguientes: ¿Cuándo percibieron el problema por primera vez? ¿Si ambos perciben el problema por igual? ¿Cómo afecta el problema en otros ámbitos de la relación? A partir de aquí, el profesional determinará si sus terapias realmente serán efectivas (siempre y cuando no exista un problema de orden físico) y cuántas sesiones harán falta.