Según los expertos, es aconsejable empezar a acudir a un especialista en fertilidad, tras buscar un embarazo durante un año. Si durante ese periodo de tiempo se han mantenido relaciones sexuales sin protección y no se ha obtenido el resultado deseado, es cuando se debe visitar a un centro especializado ...
Según los expertos, es aconsejable empezar a acudir a un especialista en fertilidad, tras buscar un embarazo durante un año. Si durante ese periodo de tiempo se han mantenido relaciones sexuales sin protección y no se ha obtenido el resultado deseado, es cuando se debe visitar a un centro especializado o un hospital. En el caso de las mujeres que tienen más de 36 años, ese periodo debe reducirse a la mitad, es decir, 6 meses.
La edad de la mujer limita bastante las posibilidades de quedarse en estado y aumenta los riesgos del que el bebé nazca con alguna patología. Cuando la mujer envejece, la producción de óvulos va en descenso tanto en número como en calidad. Esto dificulta las posibilidades de embarazo y aumenta las probabilidades de un embrión alterado.
En cuanto a las mujeres que han tenido abortos espontáneos o padecen alguna patología concreta como endometriosis, lo más aconsejable es que no esperen más y tengan en cuenta las alternativas actuales para mejorar las posibilidades de éxito.
Muchas parejas pueden sentir frustración, estrés y angustia al no obtener lo que tanto ansían. La medicina reproductiva ha avanzado mucho en los últimos años, aportando soluciones para gran parte de los problemas de concepción.
A través de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) es posible consultar información sobre los centros autorizados correspondiente al Registro Nacional de Reproducción Asistida. De ese modo, es posible acudir a ellos para informarse sobre los tratamientos existentes, los resultados obtenidos y los avances tecnológicos implantados.
Cuando una pareja acude a consulta, el especialista que atiende su caso debe hacer un estudio básico de fertilidad para determinar la calidad del semen y hacer una revisión del útero, los ovarios y las trompas.
Entre las causas masculinas más habituales destacan las siguientes: obstrucción de conductos, patología en la próstata, alteración en el semen, problema en los testículos y anomalía en la eyaculación o erección.
En cuanto a las causas femeninas, las que aparecen con mayor frecuencia son: miomas, lesiones en las trompas de Falopio, problemas en la ovulación, endometriosis, menopausia precoz o anomalías en el útero.
Ahora bien, en algunos casos existe una combinación de factores masculinos y femeninos, que además confluyen con hábitos de vida poco recomendables como estrés, obesidad o consumo de sustancias tóxicas.
Las técnicas que vamos a enumerar a continuación son las más utilizadas a día de hoy, incluso es bastante frecuente combinar unas con otras:
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