Los padres suelen preocuparse a menudo por el tema del sueño infantil. Intentar acostarlos a una hora prudente o manejar sus despertares nocturnos es algo que suele formar parte de su día a día. Muchos niños no ven la hora para dormirse y los padres suelen ponerse nerviosos, aunque la ...
Los padres suelen preocuparse a menudo por el tema del sueño infantil. Intentar acostarlos a una hora prudente o manejar sus despertares nocturnos es algo que suele formar parte de su día a día. Muchos niños no ven la hora para dormirse y los padres suelen ponerse nerviosos, aunque la mayor parte de las veces no existe ninguna anomalía. Es algo acorde a su edad, aunque los mayores no sepan diferirlo.
A continuación vamos a tratar algunas de las dudas que los padres suelen tener con respecto al sueño de sus hijos. La idea es aclarar ciertos temas para su tranquilidad.
Todo depende de su edad. Básicamente, los niños cuanto más pequeños son, más tardan en dormirse. En la etapa que va de los 9 y los 24 meses, el tiempo puede traducirse en treinta minutos o más. Se trata de un mecanismo ante la angustia y el miedo que sienten en la época de separación. Sin embargo, es posible acotar ese tiempo si se siguen unos hábitos diarios adecuados a su edad. Además, esa media hora o más irá reduciéndose con el paso de los años.
Más bien sería justo lo contrario, es decir, los chupetes fueron inventados como un sustitutivo para que la madre no tenga que dar el pecho al pequeño durante tanto tiempo seguido.
Los bebés buscan refugio en el seno materno, pues el pecho no solo es una fuente de alimento sino también de consuelo. Con el tiempo se creó el chupete para que las madres pudieran reducir el acceso al pecho, algo que les concede comodidad y libertad de movimiento. Chupar el pezón de la madre es algo corriente que tiene lugar en todos los primates y es algo que no podemos cambiar.
Un bebé se siente seguro en el pecho de su madre al sentir la calidez de su cuerpo y la cercanía de su comida. Se trata de una zona de confort que le da seguridad, lo que favorece el sueño. No es malo que un niño se duerma entre los brazos de su madre, más aún si se encuentra enfermo, con dolor o con sentimientos de inseguridad. Una vez el niño se destete, se cambiará este hábito por otros como abrazos, chupetes, juegos, etcétera.
Cuando somos pequeños nos gusta mucho dormir con nuestros padres. Necesitamos esa compañía y sentirnos amados y preciados por nuestros progenitores. La mayoría de los niños ha dormido en alguna ocasión en la habitación de sus padres, algo totalmente normal. De hecho, para muchos de ellos resulta más cómodo dormir con su bebé para evitar la necesidad de levantarse tan a menudo. Además, es algo muy beneficioso para ellos.
¿Quieres escuchar nuestros podcast ? Únete a nuestra comunidad y sumérgete en un mundo de inspiración y empoderamiento para la mujer moderna.
Las últimas tendencias en salud, maternidad, viajes, cultura y feminismo en nuestra revista.
Acceso a noticias y newsletters exclusivas
Descarga de materiales únicos, como webinars, podcasts o vídeos
¿Te lo vas a perder?
Acceder