La mayor parte de los productos que vemos en el supermercado tienen azúcar. Se encuentra donde menos lo esperes, ya sea en el tomate frito o en las salsas. De esa manera, puede ser que estés consumiendo mucha más cantidad de la que realmente piensas. Ahora bien, no está todo perdido porque si sabes cómo frenarlo a tiempo, podrás evitar un consumo alto.

El exceso de azúcar no le hace bien a nuestra salud. Está asociado a enfermedades crónicas como el cáncer, la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Por suerte, tu cuerpo te alertará del peligro a través de una señales muy claras. ¡Conócelas!

Señales de alerta

• ¿Tienes muchas ganas de comer dulce por la tarde? Esta dependencia suele ir asociada a los cambios metabólicos que se generan en el cerebro, principalmente en el caso de las mujeres. La ingesta de azúcar resultante hace que la insulina suba y los niveles de serotonina (hormona de la felicidad) aumenten. El cuerpo es muy sabio y si has tenido un día horrible, te pedirá algo calórico. Esto mejorará tu estado de ánimo e incluso pueden ayudarte a conciliar el sueño, pero no debes olvidar que debe tratarse de algo puntual, pues al convertirse en habitual te podría perjudicar.
• Dolor de cabeza y dificultad para pensar. Si tras comer azúcar notas somnolencia o sientes dolor de cabeza, es posible que tengas un problema relacionado con tu intestino. En él habita la Candida albicans, una levadura muy conocida que tiende a alterarse cuando recibe mucho azúcar.
• Alteración de la microbiota. Al tomar muchos azúcares refinados y carbohidratos, la cándida aumenta, provocando el desequilibrio de la microbiota intestinal. Ese proceso puede repercutir, además, en tu dependencia hacia el azúcar. El desequilibrio provocado incidirá en tu estado de ánimo y hará que busques consuelo en estos productos nocivos cada vez que tengas un problema emocional o similar.
• Hinchazón abdominal y exceso de gases. Es uno de los síntomas más frecuentes que te indicará que debes parar tras haber consumido mucho azúcar refinado.
• Fatiga y altibajos. El exceso de azúcar puede ir asociado a la depresión. Algunos estudios han determinado que las personas que consumen mucho azúcar refinado se fatigan más y sufren más cambios de ánimo.
• Lengua blanca. Si la lengua está blanquecina, significa que debes tomar menos azúcar. La mayor parte de las bacterias y hongos que están en nuestra lengua se alimentan de carbohidratos, dando lugar a una capa de color blanco que perjudica tu salud bucal. La solución es reducir el consumo de azúcar y mantener una buena higiene dental.

¿Qué debemos hacer para obtener un consumo saludable?

Se recomienda combinar el azúcar con fibra, algo de grasa o alimentos ricos en proteínas. De ese modo, evitarás que el azúcar en sangre suba tan rápido y que los efectos adversos te afecten tanto, cosa que ocurriría al comer algo con mucho azúcar. Por ejemplo, prueba a comer melón con jamón, requesón con miel o dátiles con frutos secos.

Otra opción es sustituir el azúcar por otras opciones más saludables. El sirope de dátiles, por ejemplo, es fácil de encontrar y podrás añadirlo a tu dieta diaria sin problemas. Tanto igual sucede con el jarabe de estevia, otra posibilidad saludable. Cualquiera de estos productos se localizan fácilmente en el supermercado, aunque cabe la posibilidad de que los elabores tú misma en casa.