Comenzamos está tanda con la crema de calabacín, que tanto se puede consumir en frío como en caliente. Este ingrediente, compuesto principalmente de agua y fibra, es bajo en calorías, y no le faltan vitaminas ni minerales. Aunque se trata de una hortaliza propia del verano, en el supermercado podremos ...
Comenzamos está tanda con la crema de calabacín, que tanto se puede consumir en frío como en caliente. Este ingrediente, compuesto principalmente de agua y fibra, es bajo en calorías, y no le faltan vitaminas ni minerales. Aunque se trata de una hortaliza propia del verano, en el supermercado podremos encontrarla en cualquier época. Seguro que con ella conquistarás los paladares más exquisitos, sobre todo el de los más pequeños de la casa.
- 600 gr de calabacín
- Una patata mediana
- Una cebolla también mediana
- 250 ml de caldo de verduras
- Aceite de oliva
- Sal al gusto
Lava bien los calabacines y córtalos en trozos pequeños. Si incorporas su piel a la crema, esta tendrá un color más verdoso y un aporte vitamínico mayor. Después, corta la patata en trozos pequeños y pica la cebolla. Rehoga todos estos ingredientes en una olla con un chorrito de aceite durante al menos 5 minutos a fuego bajo. Si lo deseas pica la piel bien fina y añádela. Echa un poco de sal y vierte el caldo de verduras, de forma que cubra los ingredientes. A continuación, deja cocer durante 20 minutos.
Una vez que ha transcurrido ese período. Retira del fuego, incorpora la nata y mezcla todo bien. Tritura el preparado con la batidora hasta que se forme una crema. En el caso de que la mezcla quede espesa, puedes incorporar un poco más de caldo. Finalmente, puedes añadir dados de pan tostado integral por encima o perejil fresco picado para darle un toque de color.
El siguiente plato que vamos a preparar es una ensalada, pero no el típico y aburrido plato de lechuga, tomate y cebolla. Vamos a darle un toque diferente con las verduras, hortalizas y frutas y preparar una ensalada crujiente y a todo color.
- 150 gr de lechugas variadas
- Dos rodajas de piña
- Uno o dos kiwis, según gusto
- Pimiento rojo cortado en tiras
- 120 gr de queso fresco
- Frutos secos: nueces, almendras picadas, anacardos, pipas de calabaza, etc.
- Un yogur natural sin azúcar
- Seis cucharadas de aceite*
- Dos de vinagre*
- Una de miel*
- Un vasito de zumo de naranja o piña*
- Sal y pimienta al gusto
*Para medir estas cantidades nos serviremos del vasito de yogur natural utilizado anteriormente.
Elaboración:
En un bol colocamos las lechugas variadas troceadas junto con la fruta cortada en cuadrados pequeños, así como el queso, también cortado en trocitos, y las tiras de pimiento. Por encima, añadimos los frutos secos seleccionados y lo metemos todo en la nevera para conservar en frío. Aprovechamos para mezclar todos los ingredientes necesarios para la vinagreta en otro bol hasta que se integren todos ellos. Una vez terminado este proceso, sacamos la ensalada de la nevera y aliñamos con la vinagreta por encima ayudándonos de una cuchara.
Para finalizar la sección vamos a hacerlo con un aperitivo divertido, práctico y sencillo para ir abriendo boca sorprendiendo a tus seres queridos. Toma nota de este roll de espinacas, con el que serás la envidia de todos.
- 300 g de espinacas frescas
- Dos huevos
- Fiambre de pavo en lonchas
- Queso fresco en láminas
- Zanahorias en trocitos
- Pepinos en trocitos
- Dos o tres cucharadas de agua
- Aceite de oliva
- Sal al gusto
Para esta receta coge una sartén e incorpora en su interior dos o tres cucharadas de agua para evitar que las espinacas se peguen. Cuando está este bien caliente, añade las espinacas y remueve. Déjalas así durante dos o tres minutos. Mientras se hacen, aprovecha para batir los huevos y echar sal. Una vez que las espinacas hayan cambiado de color, escúrrelas y mézclalas con los huevos. Después, tritúralas. En otra sartén a medio fuego alto echa unas gotitas de aceite y la mezcla anterior aplastándola con una espátula. Una vez que veas que esta se despega de la sartén, dale la vuelta. Transcurridos unos segundos, la retiras y continúas haciendo lo mismo con el resto de masa de espinacas y huevos, hasta que esta se acabe.
En cada porción, coloca una loncha de pavo y una lámina de queso fresco, así como unos trocitos de zanahoria y pepino. Ayúdate de un papel film para realizar los rollitos. Tras este paso, los reservas en la nevera. Justo en el momento de comer, cortas los rolls de espinacas en trozos de 3 o 4 cm, como si pequeños trocitos de sushi se tratasen. ¡Y a comer!
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