Todo el mundo necesita dormir para volver a retomar la actividad a la mañana siguiente. Cuando dormimos mal o si la calidad del sueño se ve afectada, no nos encontramos bien y no podemos rendir de la misma manera.

Es cierto que la cantidad de sueño que necesitamos depende mucho de nuestra edad y de otros condicionantes, aunque, por regla general, un adulto debe dormir 7 horas para obtener un descanso reparador y de calidad.

Cómo saber si se duerme bien

Insomnio clínico se da en aquellas personas que no pueden descansar bien, lo que dificulta su día a día. En estos casos, resulta complicado concentrarse, no prestan atención, padecen una sensación de cansancio continua y necesitan dormir varias siestas a lo largo del día. Estos síntomas hacen que la persona deba tratarse para completar esas horas de sueño que le faltan.

Otras señales que aparecen ante la falta de sueño

Un mal descanso puede acarrear todo lo que mencionamos anteriormente. Sin embargo, no son las únicas señales que aparecen cuando dormimos pocas horas o el sueño se ve interrumpido varias veces a lo largo de la noche.

Si despiertas con dolor de cabeza se puede deber a un mal descanso. Tanto igual si despertamos con la boca seca. Esto significa que la persona ha pasado la noche con la boca abierta y lo más probable es que haya roncado. Una persona puede roncar y dormir plácidamente, aunque también puede ser el síntoma de una respiración inadecuada, lo que repercutiría en tu descanso.

¿Dormir mal es algo habitual?

Todo el mundo puede pasar unas noches difíciles por diversas situaciones, ya sea ante el calor en pleno mes de agosto, por nervios causados por algo concreto o porque estemos resfriados. Sin embargo, esto no tiene que preocuparte.

Cuando el problema persiste y sucede una vez por semana como mínimo, es cuando debemos plantearnos que algo no marcha bien. Para poner solución, el médico debe descubrir su origen y para facilitarle el trabajo, es recomendable que el paciente escriba en un diario las veces que se ha levantado mal y cómo se ha sentido. Así, el especialista se hará una idea aproximada de cuándo sucede y los motivos que podría causarlo.

¿Cómo se lleva a cabo el diagnóstico?

Para que un especialista valore el caso, debe guiarse por las pistas que le va dejando el paciente. Gracias a ellas se descartarán otras patologías y el profesional podrá centrarse en el problema del sueño.

El control diario y la rutina que sigue la persona afectada son fundamentales. El neurólogo determinará los motivos por los que no se descansa y, si es necesario, podrá monitorizar al paciente durante una noche para hacer las comprobaciones pertinentes.

De ese modo podrá determinarse si se trata del síndrome de piernas inquietas, que impide obtener un descanso profundo, o apnea, que impide dormir con normalidad ante una mala respiración. De todas formas, estos son sólo algunos ejemplos porque existen otras enfermedades que pueden observarse a través de este método.