¿Existe el elixir de la eterna juventud? Es posible que no, pero la genética ayuda y llevar una alimentación saludable todavía más. Tu organismo y mente pueden mantenerse jóvenes incorporando en tu dieta hábitos saludables, ejercicio diario y dándole carpetazo a las grasas saturadas. Los antioxidantes son capaces de prevenir, como ...
¿Existe el elixir de la eterna juventud? Es posible que no, pero la genética ayuda y llevar una alimentación saludable todavía más. Tu organismo y mente pueden mantenerse jóvenes incorporando en tu dieta hábitos saludables, ejercicio diario y dándole carpetazo a las grasas saturadas.
Los antioxidantes son capaces de prevenir, como su propio nombre indica, la oxidación sirviendo de barrera a los radicales libres, que provocan el envejecimiento de la piel. Por ello es conveniente que los incorpores en tu dieta para actuar contra los signos de la vejez y permitiendo que tu piel luzca sana y recupere el brillo perdido. Pero ¿Cuáles son los alimentos clave para conseguir este fin? Las frutas y las verduras. Cuanto más color exista en tu dieta mejor que mejor, indicará que vas por buen camino.
¿Cómo reconocerlos? Son aquellos que cuentan con nutrientes como el betacaroteno, vitaminas como la C y la E. A la lista de nutrientes también se añaden otros grandes aliados en este proceso y que son beneficiosos para tu piel. Es el caso de las proteínas, las vitaminas del grupo B, los minerales y las grasas insaturadas. Las proteínas están presentes en los pescados, huevos, legumbres, cereales y frutos secos. Aportarán firmeza a la epidermis. Por su parte, las vitaminas del grupo B, están en los cereales integrales, lácteos y carnes. Los minerales también son de gran ayuda, así que consume frutos secos y pescado. Tampoco te olvides de las grasas insaturadas, como el aceite de oliva, o las nueces y el pescado, que sirven como barrera protectora ante el envejecimiento prematuro.
Los tomates, además de actuar de protectores naturales contra los rayos solares, permiten que la piel se mantenga joven. Este fruto cuenta con licopeno, un preventivo contra las enfermedades del corazón.
El aceite de oliva virgen extra. Tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y además de ser beneficioso para la piel lo es para el sistema cardiovascular.
Los frutos rojos como los arándanos. Son una fuente de vitaminas y minerales e incorporan ácido elágico, un antioxidante que neutraliza los efectos del envejecimiento.
El kiwi y las frutas cítricas. Son alimentos ricos en vitamina C, actuando de refuerzo de la piel previniendo la flacidez, estimulando las defensas y contribuyendo a reducir el riesgo de padecer cataratas. Entre los cítricos se incluyen las naranjas, los limones y las mandarinas.
Los lácteos como el yogur regulan el tránsito intestinal, contienen calcio y sirve de refuerzo para los huesos. Contribuye también al envejecimiento prematuro.
A la lista también se suma el brócoli. Sus vitaminas, calcio y minerales son beneficiosas para la piel. Además, es depurativo y diurético.
Y el cacao natural contiene polifenoles que también contribuyen a mantener los radicales libres a raya.
El consumo de salmón, fuente rica en omega 3, ayuda a controlar los niveles de colesterol y favorece a que la epidermis luzca sana.
El consumo frecuente de agua para hidratar tu piel. Si te cuesta beber agua, puedes añadir a tu dieta los caldos, zumos naturales e infusiones, que además de servir como fuente de hidratación, te ayudarán a depurar el organismo. Y recuerda también que las frutas y verduras deben estar presentes en tu alimentación de forma regular, entre 5 raciones diarias.
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