Al igual que con cada paso de estación hacemos el pertinente "cambio de armario", sustituyendo la ropa de verano por prendas de manga larga y que nos abriguen más, los hábitos alimentarios también se modifican con cada estación del año. Así, con el recién estrenado otoño aparecen en las fruterías ...
Al igual que con cada paso de estación hacemos el pertinente "cambio de armario", sustituyendo la ropa de verano por prendas de manga larga y que nos abriguen más, los hábitos alimentarios también se modifican con cada estación del año. Así, con el recién estrenado otoño aparecen en las fruterías y en nuestra despensa otra serie de productos y alimentos de temporada. Priorizando siempre una dieta lo más saludable posible, rica en vitaminas, sales minerales y proteínas, es un buen momento para introducir alimentos de esta época del año, como las setas, los frutos rojos, frutos secos (como las castañas o las almendras), y verduras (entre otras, calabacines, calabazas, coliflor o coles), además de los apetecibles platos de cuchara (como guisos y purés), que nos aporten energía y "calor".
Los cambios de temperatura propios de esta estación repercuten en nuestro organismo, que tiene que adaptarse al clima y la nueva rutina estacional. Por ello, la alimentación juega un papel principal para ayudarnos a esta aclimatación.
Es época de ingerir alimentos y bebidas calientes, que nos ayudarán a regular la temperatura del cuerpo, por lo que es aconsejable incorporar sopas de verduras, caldos o guisos vegetales y de legumbres, ideales para cuando baja la temperatura. A la impresionante gama de colores otoñales se une el arcoíris de las frutas y verduras de temporada, con las berenjenas, acelgas, espinacas, zanahorias o pimientos, junto a las castañas, manzanas, mandarinas o el membrillo. Así como pescados azules (ricos en ácidos omega 3) o carnes magras, como el pollo o el pavo, es aconsejable aumentar el consumo de legumbres y potajes vegetales, así como cereales, entre los que destacan el arroz integral, la quinoa, la avena o el trigo sarraceno.
Pon especial atención al tamaño de las raciones, porque aunque el frío traiga consigo necesidades nutricionales y calóricas que no se dan en otras épocas del año, no significa que debamos ingerir más cantidad más de la necesaria. Sobre todo, si tienes que comer fuera de casa.
Aparte de la alimentación, también es muy importante descansar y desconectar, dormir una media de 8 horas, arroparse mejor y tener en nuestra casa una temperatura de entre 18 y 21 grados.
Para tener las defensas a tope esta temporada te indicamos algunos de los alimentos con más nutrientes que no deben faltar en tu despensa:
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