"Imaginen la ladera de un volcán dormido durante miles de años, donde la gente vive y forma parte de una comunidad con la que se relaciona cada día. Una mañana, y sin que nadie lo espere, ese volcán entra en erupción y empieza a arrojar lava. La gente grita y ...
"Imaginen la ladera de un volcán dormido durante miles de años, donde la gente vive y forma parte de una comunidad con la que se relaciona cada día. Una mañana, y sin que nadie lo espere, ese volcán entra en erupción y empieza a arrojar lava. La gente grita y empieza a correr, asustada, buscando otro lugar donde vivir. Saben que cuando la lava se solidifique, el paisaje de la ladera cambiará, aunque desconocen cómo será". Así comparaba el gurú Marc Vidal las sensaciones y emociones que experimenta la sociedad contactless tras la irrupción del COVID-19, durante la charla ¿Llegas a tiempo al futuro? Transformación digital y food tech en la sociedad contactless, celebrada en el marco del FHG Forum en el recinto Montjuïc de Fira de Barcelona. "No sé qué pasará -ha añadido-dentro de unos meses, pero sí tengo la certeza de que el mundo tal y como lo conocemos, se está acabando. Es importante que esto lo lleguemos a interiorizar, porque ya no se le puede dar la espalda a la tecnología".
Vivimos cualquier innovación como si fuera una crisis
Tras la irrupción del Covid-19, la crisis económica y sanitaria está acelerando un fenómeno al que este gurú de la economía digital llama "innovación exponencial". "Durante los últimos 100 años, hemos innovado tanto como en los anteriores 100.000. Probablemente, todo aquello que se llegaría a producir en cinco años, tenga lugar en cinco meses. Eso va a suceder durante la década que acabamos de empezar de una manera algo extraña", ha aclarado.
El hecho de estar a las puertas de la mayor innovación vivida desde que estamos en la faz de la Tierra preocupa y asusta: "Nos da la sensación de que no vamos a poder controlar, asumir o gestionar toda esa tecnología. Sin embargo, esto es algo que históricamente ha sucedido siempre durante todas las revoluciones industriales. Ya pasó durante la primera revolución industrial, con la incorporación de la máquina de vapor; la segunda, con la instalación de las cadenas de montaje y la tercera con la llegada de la electrónica, durante los años 60. "La cuarta revolución industrial tendría que ver con la inteligencia artificial, los robots, la automatización y la transformación digital en su conjunto", ha explicado, aunque también ha subrayado que normalmente los humanos viven estas etapas revolucionarias como crisis, al menos durante su periodo inicial. Por ejemplo, en Londres, las primeras máquinas de vapor instaladas en fábricas durante el siglo XVIII provocaron centenares de despidos.
"Los robots no nos llevarán al paro"
Ahora tampoco va a ser distinto, aunque venimos de una crisis global (2007-2008) que muchos calificaron de financiera en su momento. "La mayoría de los políticos no se dieron cuenta de que se estaban produciendo una serie de cambios tecnológicos brutales, como en otras épocas. Estos cambios tecnológicos suelen comenzar con una quiebra y con lo que se llama deflación del capital, que no es otra cosa sino un modo de definir un mundo nuevo que ha explotado frente a uno anterior.
Sea como fuere, esa revolución tecnológica puede provocar miedo e incluso rechazo en muchas personas. Se preguntan si la automatización y la robótica van a ser buenas para su empresa y sus trabajadores. "Corea del Sur, el país con más robots per cápita del mundo, no tiene paro. En Europa, Alemania era el país con más robots industriales y también el que estaba más cerca del pleno empleo. En estos momentos, Irlanda es el segundo país con más robots per cápita en Europa y también el segundo con menos desempleo", ha desvelado. Por el contrario, Grecia y España, son los países con menos robots y también los que tienen más paro de todo el continente. Conclusión: ni los robots, ni la automatización, ni la inteligencia artificial ni el comercio electrónico destruyen empleo: "Más bien generan eficiencia y productividad en un principio; beneficios y necesidad de crear empleo después".
En qué superamos a las máquinas
El experto sugiere estimular todas aquellas cualidades humanas que no se pueden automatizar. Aquí van algunas de ellas:
Vidal también augura, que a pesar de tener la sensación de que todo se tambalea, la sociedad contactless no consistirá en que llevemos mascarilla todo el día. Tampoco que nuestra privacidad se vea comprometida por culpa de apps que nos digan si estamos contagiados o no. Y por descontado, no pasearemos a expensas de que un robot nos avise si no respetamos la distancia de seguridad. "En breve, todo volverá a ser como era, solo habrán cambiado aspectos metodológicos o tecnológicos. Pero hay algo que sí debemos tener en cuenta: quien está dispuesto a adaptarse al cambio, por muy acelerado que sea, tiene muchas posibilidades de ganar".
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