La perimenopausia es el momento en que comienzan a descender los niveles de estrógenos, por lo que se producen cambios en tu cuerpo: disminuye la concentración de calcio, aumenta la cantidad de grasa abdominal, se incrementa el riesgo cardiovascular y la posibilidad de padecer problemas a este nivel, etc.

Los expertos señalan que a partir de los 45 años el metabolismo se ralentiza, va "más lento", lo que genera variaciones en tu organismo. Para mantener el equilibrio, la recomendación pasa por realizar más ejercicio para aumentar el gasto energético (unos 30 minutos al día como mínimo) y reducir la ingesta de calorías en el marco de una dieta saludable y equilibrada sin renunciar a ningún alimento.

La dieta es un pilar fundamental para lograr el aporte de todos los nutrientes necesarios para afrontar la menopausia en las mejores condiciones y reducir los efectos que provoca: sofocos, insomnio, debilidad ósea, irritabilidad, depresión, ansiedad, etc. También reduce los efectos de la menor actividad metabólica que se produce en tu organismo y causa el aumento de peso que tanto preocupa a las mujeres.

Unas sencillas ideas pueden ayudarte a hacer lo que mejor le sienta a tu organismo. Te proponemos:

1-Evita el sentimiento de estar a dieta. Prepara nuevas recetas que te hagan disfrutar de la comida.

2-Organiza y compra todos los ingredientes del menú semanal para tenerlos en casa a tu alcance y no caer en tentaciones como picar entre horas alimentos que no te convienen.

3-Controla las raciones. Utiliza platos pequeños para comer una menor cantidad y no ver el recipiente vacío.

4-Bebe aproximadamente un litro y medio de agua. Puedes incorporar infusiones, pero el agua debe ser tu bebida favorita.

5-Evita las grasas saturadas presentes en productos de uso habitual. Integra en tu menú el aceite de oliva virgen para aliñar las ensaladas o las verduras.

6-Consume lácteos desnatados. El aporte de calcio y vitamina D es fundamental en esta etapa y la mejor manera de incorporarlo a tu organismo es a través de los lácteos bajos en grasa.

7-Incluye dátiles, higos, ciruelas, orejones, frambuesas, frutos secos, etc., pues son una fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes que favorecen la salud de tus mucosas, mejoran el estado de tu piel, etc.

8-Come moluscos y pescados pequeños con espinas (sardinillas), ya que aportan ácidos grasos y minerales esenciales para tu organismo.

9-Permítete algún capricho culinario: aceitunas, chocolate negro, etc. para evitar la sensación de que estás a dieta y tienes que renunciar a todo lo que te gusta.

Consulta a tu médico y plantéale todas tus dudas. Es el más indicado para recomendarte lo que mejor se adapte a tu situación. Te hará preguntas, realizará ciertas pruebas y te indicará lo que considere adecuado para ti. Sigue sus pautas y verás lo bien que te sientes.