Mientras de niños la educación nos llenó los oídos con las 5 comidas diarias que hay que hacer para tener una alimentación saludable, de mayores no tardamos en cansarnos de escuchar sobre dietas que, eliminando alguno de estos cinco ágapes, nos ayudan a adelgazar. Una de las más extendidas ahora ...
Mientras de niños la educación nos llenó los oídos con las 5 comidas diarias que hay que hacer para tener una alimentación saludable, de mayores no tardamos en cansarnos de escuchar sobre dietas que, eliminando alguno de estos cinco ágapes, nos ayudan a adelgazar. Una de las más extendidas ahora es el ayuno intermitente, que consiste en dejar de comer durante algunos períodos de tiempo para quemar grasa sobrante en el cuerpo.
El sistema es sencillo, ayunos distribuidos en el tiempo que pueden durar algunas horas o varios días. Los más habituales son el 5:2, es decir, comer cinco días y ayunar durante dos, o el 8:16, es decir, concentrar las comidas en 8 horas y ayunar las 16 restantes (horas de sueño incluido). Se distribuya como se distribuyan, este método no solo ha de ayudar a adelgazar, si no que promete también más longevidad y un sistema de salud más equilibrado.
La historia le da la razón. Desde el ramadán musulmán, al yom kippur judío, pasando por el ayuno de cuaresma cristiano: ya hace siglos que las religiones nos invitan a depurarnos dejando de comer. En el mundo secular, aunque tiene menos recorrido, la restricción en la ingesta de calorías como método para hacernos más longevos se estudia desde hace tiempo. Últimamente, con el auge de esta dieta, encontramos desde todo tipo de estudios médicos a documentales de la BBC que analizan el fenómeno.
No es una dieta, es una simple estrategia: El ayuno intermitente es fácil de seguir, porque no es tanto una guía sobre lo que hay que comer, si no un método sobre cuándo hay que hacerlo. Aunque es recomendable mantener una dieta sana y equilibrada en las ingestas, el seguimiento del ayuno intermitente no determina qué comemos.
Inmunidad a las infecciones: El sistema estimula la autofagia, el proceso en el que las células reciclan materiales de deshecho para repararse a sí mismas, favorenciendo su inmunidad ante enfermedades infecciosas, autoinmunes e inflamatorias.
Alto índice de abandono: Algunos estudios han encontrado que es un método con mayor tasa de abandono que otros, por lo que exige cierta disciplina.
Interferencias en la vida social: Si se quiere seguir de forma estricta, el ayuno puede dificultar nuestra vida social. Ejemplo simple: Si nuestros amigos quieren quedar a las 9pm para cenar y nosotros tenemos que dejar de comer a las 8pm… De nuevo, hace falta disciplina.
Estos son los pros y los contras del método de moda. Aún así, como siempre, antes de seguir cualquier método que afecte a nuestra alimentación es recomendable acudir a un nutricionista para que nos haga recomendaciones oportunas y nos acompañe en el seguimiento de las dietas que decidimos seguir.
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