La moda de los suelos vinílicos se remonta a la década de los cincuenta, aunque no fue hasta los setenta que entraron por la puerta grande. En un primer momento se trataba de elementos low cost, aunque de un tiempo a esta parte han evolucionado increíblemente en cuanto a resistencia, durabilidad, mantenimiento y estética se refiere.

¿Qué es un suelo vinílico y qué tipos existen?

Hablamos de un revestimiento plástico que se aplica directamente al suelo sin necesidad de hacer ninguna obra. Son muy versátiles y fáciles de instalar. Además, pueden formar parte de cualquier habitación.

Son fabricados con PVC, un material muy conocido con el que se pueden hacer auténticas virguerías. Hoy día, los suelos vinílicos pueden tomar diferentes formas y diseños, de ahí que sean una alternativa muy demandada en el sector de las reformas.

Además, cuentan con una capa decorativa o vinilo impreso, así como una capa superior de alta calidad que lo protege. Su grosor es mínimo, entre 5 y 7 milímetros, algo que facilita su manejo e instalación. En cuanto a los tipos de suelos vinílicos que existen, nos encontramos con los flexibles, más tradicionales, y los rígidos, los más actuales.

Dentro de los suelos vinílicos flexibles cabe diferenciar entre suelos encolados (aptos para suelos amplios nivelados) y suelos de sistema clic (ideales para ser instalados sobre el suelo anterior). Los suelos vinílicos rígidos, por su parte, son el no va más y las piezas se colocan con un sistema tipo clic bastante cómodo. Esto hace que la instalación sea rápida y que puedas sustituir fácilmente una pieza dañada.

Ventajas de los suelos vinílicos

• Son 100% resistentes a la humedad. Los suelos vinílicos pueden colocarse en cualquier habitación, incluyendo cocinas y baños.
• Higiénicos y antideslizantes. Al estar perfectamente sellada, la superficie es bastante higiénica e impide la acumulación de bacterias.
• Amortiguan el ruido. El suelo de vinilo destaca por su elasticidad y flexibilidad, lo que amortigua el ruido producido por los pasos, dando lugar a una experiencia silenciosa bastante cómoda.
• Resistencia al impacto. Son capaces de absorber los golpes, principalmente el suelo vinílico flexible, dando lugar a una magnífica protección.
• Mantenimiento sencillo. Lo único que tienes que hacer es pasar una bayeta o un trapo húmedo para limpiarlos con efectividad.
• Gran variedad de diseños. Pueden imitar todo tipo de materiales, desde madera hasta hierro, pasando por piedra, hormigón o mármol.

*Foto: Pergo

• Textura agradable. Los suelos laminados son fríos, mientras que los vinílicos son cálidos y suaves.

Inconvenientes de los suelos vinílicos

• Son sensibles al calor. No soportan muy bien el calor y pueden deformarse a partir de los 45ºC de temperatura.
• Baja dureza. Al tener suelos vinílicos, debemos ser más cuidadosos. Los objetos calientes, puntiagudos o bruscos pueden dañarlos con facilidad.
• Se decoloran con la luz solar. Si les llega el sol de manera directa, el color puede dañarse.
• Precio. Los suelos vinílicos de calidad son algo más caros que los laminados.

*Foto portada: Quick-Step