Ikebana: el camino de las flores
Silvia Ribés
El ikebana es un arte floral japonés lleno de elegancia, sencillez y armonía que se ha practicado desde tiempos inmemoriales en Japón. Actualmente, se ha extendido por todo el planeta y se ha convertido en una disciplina con un trasfondo muy espiritual.
El ikebana comenzó en el siglo VI, cuando un monje budista insatisfecho de las ofrendas que se presentaban a Buda, realizó un arreglo con flores, hojas y ramas que conformaba una hermosa composición. Fue así como comenzó a perfeccionarse lo que hoy en día es considerado un arte. Desde entonces se ...
El ikebana comenzó en el siglo VI, cuando un monje budista insatisfecho de las ofrendas que se presentaban a Buda, realizó un arreglo con flores, hojas y ramas que conformaba una hermosa composición. Fue así como comenzó a perfeccionarse lo que hoy en día es considerado un arte.
Desde entonces se han creado distintas escuelas que proponen distintos estilos y normas a respetar. No obstante, al tratarse de una técnica para la creación del ser y la búsqueda de un equilibrio personal, se ha roto con aquellas estrictas normas para así no frenar la belleza que surge tras cada composición.
La filosofía detrás del arte
La finalidad de esta práctica es formar una composición floral con materiales que aporta la naturaleza, como por ejemplo plantas, flores, frutas, hierbas, semillas, cereales, ramas, etc. Lo más importante de la composición es el color, la línea, la textura y la forma. Todo esto debe encajar para así armonizar la relación entre el cielo, el ser humano y la tierra. Además, las flores y ramas siempre han de dirigirse hacia arriba, nunca hacia abajo, puesto que simbolizan el universo.
Además de ser un ornamento de lo más elegante y original para decorar un rincón de tu hogar, el ikebana toma un significado muy espiritual y filosófico para los que lo practican. Aunque su elaboración puede parecer sencilla, para realizar un ikebana de calidad debe tomarse en consideración cómo marchitan los elementos escogidos, para así realizar un arte que evolucione y exprese lo cambiante de la naturaleza.
Durante la creación de la composición, el silencio es elemental para apreciar la naturaleza a la que se da forma. Se considera un espacio de tiempo que permite contemplar la belleza de la naturaleza y los detalles, no sólo de ésta, sino de la vida. Con el ikebana aprenderás a ser más paciente, tolerante y consciente del paso del tiempo, ya que se trata de un arte efímero.
En España existen multitud de escuelas y talleres que te enseñan cómo realizar tu ikebana y te inician en la simbología y en los materiales a utilizar.
¡Adéntrate en este universo de flores y arte y verás cómo das una nueva vida a la naturaleza!
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