Es una forma de cocinar sana, tradicional y sencilla que respeta las características de los alimentos y conserva todas las propiedades nutricionales. A ello se une que nos permite disfrutar del sabor natural de los alimentos y no añadimos calorías porque no es necesario utilizar componentes calóricos.

Se trata, simplemente, de cocinar los alimentos con el vapor que libera el agua al hervir. Se disponen fuera del agua, por lo que no pierden vitaminas y minerales, lo que les permite conservar su textura y sabor natural. La fuente de calor es uniforme y no alcanza temperaturas elevadas que destruyan las vitaminas y minerales del alimento.

Entre las ventajas, podemos destacar que:

-Se evita el aporte calórico que el aceite añade a las frituras.

-La digestión es más sencilla y fácil.

-Conserva las vitaminas C y E antioxidantes.

-Tarda menos tiempo en cocinarse.

-Puedes preparar varios alimentos a la vez.

Se recomienda que utilices las vaporeras, que son recipientes de cocina cerrados que impiden el escape de aire y líquidos. Son sencillas de utilizar y puedes encontrarlas a la venta en centros especializados. Si te resulta más cómodo, opta por las eléctricas de las que hay diferentes modelos en el mercado. Úsalas siguiendo las indicaciones del fabricante para garantizar su duración.

No olvides que:

-Debes poner agua o caldo, a continuación la rejilla o cesta y sobre ella el alimento, que se irá cociendo lentamente con el vapor del líquido que hierve. Otra opción es cocer los alimentos en su propio líquido sin añadir nada más.

-La carne queda mejor si la maceras antes de cocinarla.

-Los pescados estarán más jugosos si los preparas enteros.

-Las verduras deben ir troceadas en pedazos de tamaño similar.

-Utiliza el aliño que prefieras. Zumo de limón, aceite de oliva virgen, semillas de sésamo, vinagre, ajada, vinagreta, etc. en función de la comida de que se trate.

Te proponemos:

-Brécol. Cocínalo al vapor cortándolo en ramas. Unos diez minutos es suficiente para que alcance la textura adecuada. Escúrrelo completamente hasta eliminar el agua. Puedes rehogarlo en la sartén con ajos.

-Mejillones. Lávalos bien y disponlos en la vaporera. Cocínalos hasta que se abran las valvas. Prepara una cazuela con ajo, cebolleta, perejil, vino blanco y sal. Añade los mejillones y déjalos que se impregnen del sabor del sofrito. Puedes obviar el primer paso y cocinarlos directamente en la cazuela.

-Merluza. Cocínala al vapor durante cinco minutos. Escúrrela bien. Prepara una mezcla de vegetales (cebolleta, pimiento rojo, tomate, etc.) cortados en tamaños similares. Ahora elige si los cocinas al vapor o rehogados en la cazuela y le añades la merluza o los colocas en una ensaladera crudos y los mezclas con la merluza. Alíñalo como más te guste.