El llanto del bebé es el único canal de comunicación de nuestro hijo/a con su entorno, sus necesidades, deseos, incomodidades son expresadas mediante el llanto. Cuando un bebé llora nos está avisando de una molestia que le impide estar tranquilo y calmado, para los padres, en ocasiones, se vuelve una situación estresante al no saber identificar las causas de este llanto.

Cada bebé es diferente no existen unas reglas básicas para  guiarse y tratar los lloros de nuestro hijo/a, pero si existen una pequeñas indicaciones que pueden orientarnos para combatir el llanto de manera eficaz.

¿Por qué llora un bebé?

Por lo general los bebés lloran por tres causas principales: Hambre, Sueño e Incomodidad, a partir de este trio de supuestos los padres desarrollarán las habilidades para calmar el llanto.

En función de la causa el tipo de llanto varía, los estudios han determinado diferentes clases de llanto, entre ellos los siguientes:

-Llanto por Hambre. Es un llanto gradual que va de menos a más, es fácil de detectar porque suele coincidir en horarios cercanos al proceso de alimentación. Es un sonido irregular pero a medida que pasa el tiempo se vuelve más fuerte.

-Llanto de Enfermedad. Se trata de gemidos sordos y prolongados a su vez el bebé esta decaído y sin apetito.

-Llanto de Dolor. Llanto agudo, fuerte e inconsolable, cuya intensidad crece  con el paso del tiempo. Problema de oídos o cólicos son las principales causas de este lloro.

-Llanto de Sueño. Llanto irregular de capacidad ascendente, que viene acompañado del frotar de ojos o bostezos.

-Llanto de Incomodidad. Gemidos vibrantes, en un principio irregular, pero a la larga se vuelven continuos; soledad, demasiada interacción, temperatura…pueden ser causas de este llanto.

Frente al llanto del bebé los padres debemos de adoptar una condición positiva, en un principio “sufrir” los llantos del bebé nos ayudará a conocer su personalidad, sus hábitos, gustos etc. Es natural presentar una actitud nerviosa y desquiciante en un principio, pero si somos capaces de aprender y observar a nuestro hijo/a, desarrollaremos una estrategia de “calma del llanto” eficaz, que nos ayudará a coger fuerzas y confianza frente al cuidado de nuestro bebé.