El llanto de un bebé tiene dos factores de preocupación para sus progenitores: en primer lugar, el llanto en sí mismo como advertencia de que algo no va bien, y el segundo el no saber entender qué es lo que no va bien debido a las escasisimas posibilidades de comunicación del neonato.

Pero esto último podría ser más llevadero en un futuro próximo gracias al uso de la inteligencia artificial o, por lo menos, esto es lo que promete un grupo de investigadores procedentes de China, Estados Unidos y Canadá, que ha publicado su descubrimiento en el Journal of Automatica Sinica del IEEE/CAA. Spoiler: el análisis de los llantos no indica con exactitud qué es lo que pasa, pero da una orientación de por dónde pueden ir los tiros.

El sistema de inteligencia artificial que hace posible este logro se basa en el análisis de la duración y la frecuencia a la que se emiten los sonidos que conforman el llanto. Aunque el llanto de cada bebé es distinto, todos ellos comparten rasgos comunes derivados de las mismas razones. De hecho, el algoritmo desarrollado es independiente de la identidad del niño que llora, es decir, no debe ser personalizado, así como los algoritmos que reconocen el habla de los adultos (como el reconocimiento de voz de los asistentes digitales tipo Alexa o Siri) ya hace tiempo que no necesitan ser entrenados.

Si bien estos llantos no constituyen un lenguaje estructurado en sí mismos, el equipo de investigadores advirtió que los padres que están atentos a ellos son capaces de extraer la información necesaria para comprender qué les pasa a sus retoños, por lo que un análisis en profundidad era posible y, por sus implicaciones sociales, necesario, según relatan en el resumen de su investigación.

La tecnología utilizada es, en esencia, la misma que se ha venido empleando para el reconocimiento del habla en personas adultas, aunque con algoritmos modificados preparados para reconocer las características propias del llanto infantil.

Además, el sistema empleado, permite distinguir el llanto en un entorno en el cual este se mezcla con otros sonidos, a partir de un muestreo del sonido captado con micro de ambiente. Usualmente, el llanto de los bebés también se da muchas veces en entornos con ruido de fondo, según afirman los investigadores.

El hallazgo puede tener aplicaciones prácticas tanto en el ámbito doméstico como en el de la atención hospitalaria.