Solo necesitas una hoja de ruta razonable y realista que vaya situándote cada vez más cerca de tu objetivo final y mientras la vayas siguiendo, verás lo necesario que es seguir ese proceso correcto en el que puedes tachar cada día como una jornada más en la que no has caído en tus propias trampas. ¿Te animas a que este sea el año en el que definitivamente consigues estar orgullosa de tus comidas?

Una dieta rica en nutrientes

Lo primero que te será de ayuda es darte cuenta de que lo mejor para ti no es una dieta muy restrictiva que equilibre los excesos de la Navidad y que al final no llegarías a cumplir por ser demasiado difícil.

Debes asumir que lo ideal será simplemente ir dando pasos en dirección hacia conseguir una dieta que podamos llamar saludable, es decir equilibrada en nutrientes y basada en cereales preferiblemente integrales, frutas y verduras, lácteos sin grasa, legumbres un par de veces a la semana, carnes y pescados magros….. ¡sin olvidar la importancia de mantener una buena hidratación a base de dos litros de agua diarios!

Eso es lo que realmente te ayudará a verte mejor en el espejo y sentirte mejor contigo misma no solo en lo que respecta a tu autoestima estética, sino también en lo que se refiere a tu energía, vitalidad y buen humor ¿Aún no sabes como conseguirlo?

¡Fuera alimentos ricos en grasa y azúcar!

Un ejercicio muy interesante que puedes hacer es vaciar tanto tu nevera como tu despensa de alimentos ricos en grasas y azúcares simples y llenar la lista de la compra con aquella comida saludable que sabes que falta en tu dieta semanal y que hasta ahora has intentado evitar.

Tienes de 5-6 comidas al día que llenar con alimentos saludables ¡así que seguro que se te ocurren muchas opciones deliciosas y llenas de nutrientes! Y si no, siempre puedes buscar inspiración, pero intentando siempre comer cantidades equilibradas de carne, pescado, vegetales e hidratos de carbono.

Evita los atracones, recupera la comida casera, reduce las grasas saturadas y elige las insaturadas con decisiones como el hecho de elegir carnes magras o reducir la ingesta de manteca y margarinas y optar por los aceites vegetales, los frutos secos, los pescados y el aguacate como fuentes de grasas sanas, y sobre todo, aléjate de las dietas y los productos milagro que prometes resultados rápidos con poco esfuerzo.

Busca ayuda profesional

Lo mejor ante cualquier duda o problema mientras intentas cumplir este propósito será buscar el consejo de un profesional e informarte acerca de nutrición saludable mediante libros, podcasts, etc.

Está demostrado que con sólo reducir las porciones ¡se puede perder peso! Así que imagina los beneficios de hacer que esas porciones contengan vitaminas y minerales esenciales. Nada puede pararte este año ¡si realmente estás decidida a mejorar tu alimentación!