A simple vista lo que más llama la atención de este fruto es su variada paleta cromática exterior, que va desde el verde oscuro a los tonos amarillos, anaranjados y rojizos a medida que este va madurando. De pulpa carnosa, dulce y sabrosa, y corazón anaranjado, este fruto suele comerse ...
A simple vista lo que más llama la atención de este fruto es su variada paleta cromática exterior, que va desde el verde oscuro a los tonos amarillos, anaranjados y rojizos a medida que este va madurando. De pulpa carnosa, dulce y sabrosa, y corazón anaranjado, este fruto suele comerse sólo o en forma de helados, sorbetes, yogures, zumos o batidos, pero también es común encontrarlo integrado en todo tipo de platos y postres como un ingrediente al uso. Lo bueno, es que tiene un poder refrescante.
En cuanto a su composición nutricional lo más destacado es su bajo aporte calórico, puesto que tan sólo tiene 67 kcal, 82,1 g de agua y 0,2 de grasas en 100 gramos de porción comestible de este producto. Además, contiene todo tipo de vitaminas A, C y E, así como fibra (2,9 g), azúcares (13,8 g), calcio (12 mg), potasio (180 mg), magnesio (13 mg) y proteínas (0,7 g), tal y como recogen en la página web de la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (Adenyd).
La Organización Mundial para la Salud (OMS) aconseja ingerir "más de 400 gramos de frutas y verduras al día para mejorar la salud general y reducir el riesgo de determinadas enfermedades no transmisibles", por lo que incorporar este alimento a tu dieta puede ser un gran aporte de propiedades y beneficios para tu salud. Al estar compuesto en su mayoría por agua y fibra es ideal para utilizar como método depurativo o para combatir el estreñimiento, regulando tu flora intestinal. Es antioxidante, actuando contra el envejecimiento celular, es bueno para facilitar digestión y para regular los niveles de colesterol, y como medida de prevención para reducir el riesgo cardiovascular.
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Está recomendado para todo tipo de personas, ya sean deportistas, embarazadas, niños, adultos, ancianos o aquellos que están en proceso de adelgazamiento. Sin embargo, deben moderar o evitar su ingesta aquellos enfermos renales que sigan dietas de control de potasio, en casos de diarrea, trastornos gastrointestinales (estómago delicado, gastritis, etc.), según señalan en la página de lechepuleva.es.
Puedes encontrar el mango en el supermercado o grandes áreas comerciales durante todo el año. Para saber si está maduro basta con presionar ligeramente sobre su piel, si está se hunde y al ejercer presión, estará listo para su consumo. Una vez adquirido, consérvalo en un lugar fresco y seco, sin exponerlo al sol o al calor.