La palabra dieta tiene asociada millones de connotaciones negativas en nuestra sociedad debido a los mitos circulantes sobre alimentación. Sin embargo, una dieta es todo aquel conjunto de alimentos que se consumen de manera habitual, la cual variará según sus objetivos. En el caso concreto de una dieta o alimentación antiinflamatoria ...
La palabra dieta tiene asociada millones de connotaciones negativas en nuestra sociedad debido a los mitos circulantes sobre alimentación. Sin embargo, una dieta es todo aquel conjunto de alimentos que se consumen de manera habitual, la cual variará según sus objetivos.
En el caso concreto de una dieta o alimentación antiinflamatoria se puede decir que es más un estilo de vida que engloba hábitos que deben ser implantados en el día a día y, le ayudará a disfrutar de una alimentación saludable, optimizando tu vitalidad, energía y salud. Es cierto que la inflamación no siempre es negativa; sino que es un proceso necesario en el organismo para protegerse frente a agresiones externas. El problema real viene cuando esta inflamación persiste en el tiempo.
La base de una alimentación sana está formada por alimentos de origen vegetal que aportarán fibra, vitaminas y antioxidantes. A su vez, es preferible consumir productos ecológicos, de temporada y proximidad para asegurar sus propiedades nutricionales óptimas. Son altamente recomendadas las frutas, verduras y hortalizas tanto crudas como cocinadas, las cuales formarán la base de la alimentación. Semillas y frutos secos, gran fuente de proteína vegetal, grasas saludables, fibras y antioxidantes (lo ideal es consumirlos al natural)...
Además, deberás incorporar en tus platos cereales integrales, priorizando los libres de gluten y de grano completo (trigo sarraceno, maíz ecológico, quinoa, arroz...) y alimentos fermentados como el yogur, chucrut y kombucha o, tubérculos como la patata, boniato, chirivía, colinabo, etc. Las legumbres también son interesantes a nivel nutricional, siendo una excelente fuente de fibra y proteína vegetal.
Las proteínas de calidad son muy importantes en una dieta saludable. Se pueden obtener de huevos, mariscos, pescado salvajes, carnes ecológicas, legumbres, frutos secos, semillas y cereales. También hay que mencionar los ácidos grasos omega 3, esenciales para el organismo ya que este no los puede fabricar por sí mismo y han de ser aportados a través de la dieta. Están presentes en el pescado azul o en nueces y semillas de lino.
En cambio, hay otros muchos alimentos que inflaman como son los hidratos de carbono refinados (harina, pan, pasta, bollería...). También las grasas saturadas de mala calidad y grasas vegetales hidrogenadas son realmente perjudiciales (margarinas, snacks...). Otros no recomendados serían alimentos ultraprocesados, aceites refinados, gluten, alcohol, carnes procesadas, frituras, determinados aditivos así como edulcorantes artificiales.
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