El anacardo es la semilla de un árbol originario de Brasil de donde se propagó a otros países donde se introdujo de manera rápida. Los mayores productores mundiales son Brasil y la India. Esta semilla se encuentra en el interior de una nuez cuya cáscara contiene urushiol, una resina muy tóxica, causante de dermatitis. Para desprender el fruto de la cáscara se usa calor y se realiza un tostado antes de que lleguen a nuestras manos.

Su nombre botánico es Anacardium occidentale de la familia Anacardiaceae, que incluye 60 géneros y 400 especies. Se relaciona con el mango y el pistacho, aunque sea lejanamente.

En su composición química destaca la presencia de minerales, como el cobre y el magnesio (esenciales para el sistema inmunitario, los huesos, el cabello o la piel) o el hierro (para prevenir las anemias). Aporta proteínas, hidratos de carbono y fibra (para mejorar el tránsito intestinal). También vitaminas B1, B2, B6, B9, A, C, E, D y ácido fólico (imprescindible en el embarazo el correcto desarrollo del feto).

Destacaría que:

-Los ácidos grasos insaturados (entre los que destacan el linoleico y el oleico) presentes en los anacardos y consumidos de manera regular reducen los niveles de colesterol total y LDL y aumentan el bueno.

-Los fitoesteroles del anacardo mejoran los síntomas de la menopausia, convirtiéndolo en el snack ideal para afrontar los altibajos de esta época en la vida de una mujer.

-Presentan un aminoácido esencial fundamental, el triptófano, precursor de los neurotransmisores serotonina y melatonina y de la vitamina B3. Actúan sobre el sistema nervioso y favorecen el descanso y mejoran el estado de ánimo.

-Provocan sensación de saciedad. Una ración adecuada sería de unos 25 gramos, que equivalen a 15 anacardos.

Pero no todo son ventajas. No puede ser consumido en crudo porque la cáscara que lo recubre contiene una resina tóxica, por eso se vende tostado. Puede aparecer empaquetado como crudo y puedes consumirlo porque no presenta toxicidad ya que ha sido procesado. Lo recomendable es tomarlos mejor siempre tostados, sin sales o azúcares.

Otro problema es la posibilidad de que se produzca una alergia, ya que numerosas personas son alérgicas a los frutos secos, por lo que podrían serlo también a los anacardos. Si padeces este problema, lo mejor es que no los pruebes para prevenir la aparición de los posibles síntomas y complicaciones que te puedan provocar en el organismo.

Puedes consumirlos directamente como aperitivo, en salsas, como mantequilla o leche. Combina muy bien con ensaladas, verduras, legumbres, carne, arroz, crema y sopas. Acepta dulce, salado o picante porque su sabor encaja con todo.

Es muy fácil elaborar una leche casera. Solo precisas combinar en una batidora 150 gramos de anacardos con 800 ml de agua. Lo bates hasta lograr la consistencia deseada y lo conservas en la nevera en un recipiente de cristal con cierre hermético durante dos o tres días.