El yoga cada vez gana más adeptos por la cantidad de beneficios que nos aporta. Además de las variantes conocidas se suma una nueva, la del yoga aéreo. Un tipo de práctica que te recordará a la coreografía de los acróbatas, ya que tendrás que servirte del columpio de tela para comenzar a componer tus ejercicios. Hay diferentes niveles por lo que no te preocupes si al principio te da un poco de vértigo eso de no tocar el suelo, ya que para principiantes se suelen combinar el entrenamiento con telas mientras que alguna parte del cuerpo está en contacto con la superficie.

Para iniciarte en él lo recomendable sería que ya estuvieses familiarizada con el yoga y que buscases un centro especializado cerca de la zona donde vives para que te guiasen sobre su ejecución y allí te irán asesorando y adaptando las clases a tu ritmo. Se trata de un método deportivo completo en el que se pone a funcionar a todo el cuerpo, desde los músculos, pasando por el sistema circulatorio, la espalda hasta llegar a mejorar la respiración y despejar la mente. Y no sólo eso, sino que también al estar suspendidos en el aire, estamos más concentrados, coordinados, ágiles y flexibles, y al mismo tiempo conseguimos mantener el equilibrio. Así que no lo dudes, ponte en forma y libérate de los problemas experimentando con el aeroyoga.

Si sientes curiosidad siempre puedes investigar por tu cuenta antes de embarcarte en la aventura del yoga suspendido. Como podrás observar cuando se comienza a practicar esta disciplina existe una combinación de ejercicios sobre la colchoneta combinados con la sujeción de la tela, tal y como explican en el vídeo de Ocean AIR Yoga. La monitora indica de qué forma hay que agarrar el paño antes de dar el primer paso. Para ello colócate sentada sobre las rodillas, estira los brazos e introduce las manos por el medio de la tela sujetándola con cada mano para deslizar cada una para finalmente cruzar cada mano por delante y por detrás. Ahora, haz la postura del niño inclinando la parte superior de tu cuerpo hacia delante sin dejar de sujetar el paño. Después, sube lentamente hasta la posición inicial. Desde la postura del niño también puedes aprovechar para realizar la de la media cobra, subiendo tus glúteos hacia arriba hasta que asciendes.

A continuación, ponte por detrás de la tela situándola a la altura de la rodilla, pásala por las caderas, pasas los hombros para delante y te apoyas sobre los antebrazos en la colchoneta. Desde aquí puedes hacer una postura de corazón abierto boca abajo con los brazos estirados hacia delante suspendida sobre la tela. Aunque si lo prefieres, también puedes elevar la cabeza hacia arriba apoyándote sobre las palmas de las manos y sobre la punta de los pies formando la postura del perro. Vuelve al ejercicio anterior para realizar el escorpión, abre las piernas, las levantas, las doblas e introduces cada pie por el extremo de la tela desplazándote hacia delante y hacia atrás. Cuando llegues hacia delante, mantén el equilibrio con las palmas de las manos apoyadas en la superficie, desde ahí junta tus rodillas y llévalas hacia el pecho.

Ahora le toca el turno a la inversión. Dobla la tela en cuatro partes, tal y como hacen en el vídeo, siéntate sobre ella, separa las piernas, échate hacia atrás mientras vas elevando las piernas sujetando la tela con los pies. La parte posterior de tu cuerpo estará en contacto con la superficie, estira los brazos y junta las plantas de los pies para formar la postura de la mariposa.