Las nueces de macadamia se encuentran en los lineales de los supermercados junto al resto de frutos secos, compartiendo espacio con los edamames, frutas deshidratas, bayas de goji, snacks de lentejas o de guisantes, castaña de cajú, entre otras variedades al natural, tostadas, sin sal o fritas, como es el ...
Las nueces de macadamia se encuentran en los lineales de los supermercados junto al resto de frutos secos, compartiendo espacio con los edamames, frutas deshidratas, bayas de goji, snacks de lentejas o de guisantes, castaña de cajú, entre otras variedades al natural, tostadas, sin sal o fritas, como es el caso de los pistachos tostados, anacardos fritos con miel, los piñones crudos, cacahuetes sin sal o las pipas tostadas con sal, etc. A diferencia de las nueces tradicionales, su forma es circular y compacta como la de las avellanas y son tan preciadas como el pistacho. Aunque proceden de Australia, se cultivan en otras partes como Hawái, Sudáfrica o América Latina.
Este fruto está protegido bajo una cáscara gruesa y su corazón interior es de color blanco dando lugar a un sabor dulce y cremoso. El árbol sobre el que crece es verde y frondoso pero el proceso de crecimiento para dar fruto es largo, de entre siete y diez años. Cuando esto ocurre se presenta en forma de racimo de uva, en el que aparecen un conjunto de nueces en un mismo compartimento. Estamos ante un comestible en el que predomina su alto contenido graso y bajo contenido de azúcares en su compuesto nutricional, llegando a situarse en "80% de aceite y 4% de azúcar", tal y como hacen referencia en el vídeo Business Insider España. A pesar de que estos valores pueden asustar un poco, se trata de un producto "libre de colesterol, que contiene ácido palmitoleico, que puede mejorar tu metabolismo y ayudar a tu cuerpo a mantener niveles saludables de insulina", según se expone en este canal. Es idóneo para mantener los niveles de colesterol a raya, perder peso, mejorar la salud cardiovascular, regular la flora intestinal y fortalecer los huesos. Además, en 100 gramos de este producto hay 8.6 g de fibra, 107 mg de calcio, 368 mg de potasio y 196 mg de fósforo, señalan en la página web de vegaffinity.com.
Se puede comer sólo como el resto de otros frutos secos, incorporarlo en tus recetas de repostería casera, en la elaboración de galletas, magdalenas, bizcochos o helados, así como acompañamiento de tus yogures, o en otro tipo de platos que prepares en tu día a día, como ensaladas, arroz, pastas y cremas. También se emplea para la fabricación de aceite natural para la piel y para el cabello, como un elemento de protección y nutrición. En algunos supermercados además de encontrarlo envasado en forma de snack o al granel, también es posible que lo veas integrado en la leche de macadamia y en harina.
FOTO PRINCIPAL.: Photo by Joshua McArthur on Unsplash.