Hay personas que cuando nacen traen un pan bajo el brazo, pero en esta ocasión lo han bendecido con el gen pastelero, que le otorga creatividad por los cuatro costados y un talento singular que le hace ver más allá. El origen de todo se sitúa en 1906 de la mano de la Mateu Serra i Capell, quien abrió las puertas del Forn Serra en Barcelona, que más tarde se convertiría en la Pastisseria Escribà. Antoni Escribà se pondrá al frente de este negocio y en esta tercera generación el espíritu creativo seguirá emergiendo, bautizado como "Mozart" o el "Mago del chocolate" consiguió alzarse con más de veinte medallas de oro gracias a sus esculturas de chocolate. El relevo generacional vino de la mano de su hijo, Christian Escribà, que como no podía ser de otra forma continuará por la senda creacionista de su progenitor elevando la pastelería a una nueva dimensión, en la que el arte, el chocolate y la experimentación se entienden y entremezclan a la perfección. Su obrador nos recuerda un poco al que el escritor Roal Dahl describió en el libro "Charlie y la fábrica de chocolate", en el que el dueño de este imperio chocolatero Willy Wonka posee un lugar mágico donde este ingrediente emana de cada rincón y donde la casita de chocolate de Hansel y Gretel se queda corta a su lado.

Pero en este viaje no estará sólo, estará muy bien acompañado y arropado por otra mente creadora, por la sugarcrafter Patricia Schmidt. Sus trabajos en confitería son una mezcla entre onírica e hiperrealidad, donde cada pieza ha sido cuidadosamente diseñada y tratada para que su tallaje sorprenda, no sólo en su aspecto exterior, sino que cree una explosión en el paladar en el momento en el que se va a degustar.

La memoria perdura en forma de los dulces tradicionales, esos en los que algún día fueron compartidos en el escaparate de sus predecesores, y que hoy lucen de igual forma, pero con un punto creativo que los acerca a la actualidad. Es el caso de los buñuelos de cuaresma, las monas de Pascua o las cocas de San Juan. Pequeñas exquisiteces como los bombones y mignardises tampoco pueden faltar en su catálogo. Si estas de celebración y quieres un regalo personalizado en forma de pastel, con los modelados en pasta de azúcar by Patricia Schmidt podrás convertir la fantasía en una realidad. Igual que con el tiempo la tecnología va evolucionando, en el taller de un artista pastelero este hecho no iba a ser menos. Sus productos se adaptan a la estación, a la tradición, pero también para reflejar un punto de actualidad. Como la creatividad no tiene límites, el universo creativo pastelero tampoco, con los pasteles de celebración se busca emocionar e ilusionar a su protagonista, ya sea por un evento en concreto o porque es su cumpleaños.

Para trasladar todo este conocimiento dulce y creativo, Escribà ha sacado a la luz varios libros para que tú puedas sentir el poder creativo y embarcarte en la aventura de la pastelería en tu propia cocina. Uno de ellos es "El arte de convertir la pastelería en ilusión", aunque los más pequeños de la casa también tienen cabida en "La cocina de Peter Pan".

En Barcelona podrás probar y experimentar de primera mano la pastelería y confitería de Escribà en todo su esplendor en cuatro puntos distribuidos por la ciudad: Gran Via, La Rambla, en el Ametller Origen Mercat d´Autors y en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona – El Prat – T1. Además, también dispone de una tienda online para que puedas encargar cómodamente tus pedidos y recogerlos en tienda.

FOTO PRINCIPAL.: Imagen extraída del Facebook Escribà Barcelona.