Así el tamarindo: el fruto, de usos diversos, oculto tras una vaina
Posee una cáscara alargada similar a la de un guisante, pero su color es amarronado. Una vez abierto esconde una pulpa y ésta a su vez unas semillas. Con él se pueden elaborar salsas, dulces o refrescos, aunque también puede ser utilizado en el campo medicinal en caso de padecer diarrea o estreñimiento.
Este fruto exótico proviene de un árbol frondoso y corpulento que, además de sus hojas verdes también brotan de sus ramas unas vainas colgantes. Éstas albergan en su interior una pulpa de color marrón oscuro que nos recordará en aspecto a un dátil. Cuando se separa esta masa pegajosa dejará ...
Este fruto exótico proviene de un árbol frondoso y corpulento que, además de sus hojas verdes también brotan de sus ramas unas vainas colgantes. Éstas albergan en su interior una pulpa de color marrón oscuro que nos recordará en aspecto a un dátil. Cuando se separa esta masa pegajosa dejará al descubierto unas pepitas ovaladas. Tiene su origen en África y poco a poco se fue extendiendo a otros lugares como Latinoamérica o Asia.
Se trata de un comestible que no sólo llama la atención por su aspecto, sino también por su sabor. Como bien explican en el vídeo de la Universidad Nacional Agraria - Nicaragua cuando éste es joven y no ha madurado del todo ofrece un sabor más agrio, mientras que en el momento de la maduración es más dulce. De este modo a partir de su pulpa se pueden elaborar postres, bebidas, infusiones, salsas, sopas, entre otros. Hay quien lo come en crudo después de abrir la vaina, retirar los hilos de la pulpa y extraer las semillas. Si sientes curiosidad por saber cómo sabe puedes adquirirlo en el supermercado y en tiendas especializadas como fruto, en formato pasta, salsa, incorporado en caramelos, infusiones o dulces.
Además de en el ámbito culinario el tamarindo es empleado para aliviar ciertos problemas digestivos, mantener el colesterol a raya, así como también se le atribuye un poder cicatrizante y es un gran aliado para la salud visual. En la actualidad un grupo de investigadores pertenecientes al Laboratorio 16 de Procesos de Transformación y Tecnologías Emergentes de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (México) está estudiando cómo servirse de este fruto para mitigar la producción de envases de plástico. Como bien explica Dra. Esla Gutiérrez Cortez, académica de la FES Cuautitlán, a través la "extracción del xiloglucano de las semillas de tamarindo nuestro objetivo es hacer envases biodegradables que reduzcan esa contaminación".
