Las obras de Hieronymus Bosch son mundialmente conocidas por su carácter salvaje y extraño. Pinturas que rebosan imaginación a gran escala, a través de sus coloridas composiciones, a menudo objetos, figuras, personajes y animales que hacen referencia a un tema religioso, como es el caso de ´El Jardín de las ...
Las obras de Hieronymus Bosch son mundialmente conocidas por su carácter salvaje y extraño. Pinturas que rebosan imaginación a gran escala, a través de sus coloridas composiciones, a menudo objetos, figuras, personajes y animales que hacen referencia a un tema religioso, como es el caso de ´El Jardín de las Delicias´ de El Bosco.
Un tríptico único en la historia del arte que, la obra más grande y famosa que se conserva en el Museo del Prado de Madrid, y que mejor resume la historia de la creación a través de Adán y Eva, la lujuria, los pecados capitales, el cielo y el infierno y, en definitiva, una especie de destino de la humanidad consumido por la pasión y el placer.
Una pintura que ha sido revisada y debatida por numerosos críticos de arte, quienes volvieron a la obra durante el 500 aniversario de la muerte de El Bosco en el 2016, y que encontraron más sutilezas, detalles y significados ocultos en la obra que, quizás, nunca antes se habían planteado. Porque si bien, una obra de arte puede tener tantas lecturas e interpretaciones como observadores que la contemplan, analizamos algunos de los significados ocultos de esta enigmática pintura.
Desde luego, cada detalle en esta obra no deja indiferente por el significado en si mismo que le acompaña. Y así puede verse como uno de los personajes del panel de la derecha tiene pintado un pentagrama en el trasero, al que otro personaje diabólico y de color rosado quiere acceder a través de su fin lengua. ¿Qué significado puede tener semejante imagen?
Pues bien, este detalle fue descubierto por la estudiante de música Amelia Hamrick, quien transcribió la notación moderna y grabó a piano el resultado; una sintonía propia de un trovador o músico entregado a la música profana y no a Dios, y por ello, el personaje diabólico, a quien parece que también le interesa, alarga su lengua a modo de batuta para dirigir a todos los que se pierden en el pecado y escuchan estas melodías.
También el el tercer panel, aparece una imagen perturbadora e inquietante. Una criatura de cuatro dedos apuñala por la espalda con una barra de un corazón empalado a un hombre, y su lado un tablero con dados y juegos de mesa. Y tal y como se recoge en el último documental sobre el tríptico: Jheronimus Bosch, Touched by the Devil, las torturas, las mutilaciones, el canibalismo o el abuso o el ensañamiento por parte de esas criaturas del infierno no son solo a nivel físico, sino también psicológico: "Las almas se están volviendo locas por el miedo, la ansiedad, el caos y la angustia", dicen en el documental.
Junto al sufrimiento, también hay toques de humor. En el panel central, se pueden ver a personas desnudas montándose en pájaros de gran tamaño, incluidos un petirrojo, un pato y un pájaro carpintero. Y tal y como aseguran en la narración de un proyecto holandés exhaustivo sobre la obra llamado ´Jheronimus Bosch, el Jardín de las Delicias´, los pájaros tienen un doble sentido. "La palabra holandesa ´vogelen´ (vogel que significa pájaro), podría referirse a tener relaciones sexuales", comentan.
Al parecer, las primeras descripciones de este tríptico se refieren a él como la "pintura de la fresa", porque esta fruta aparece muy grande y varias veces en el panel central. También hay hombres que recogen manzanas, pero destaca un hombre que le ofrece una fresa a una mujer con una expresión lasciva, un giro total en las representaciones bíblicas del Edén, donde se habla del fruto prohibido. Según un crítico de arte holandés que publicó para el Historial of Netherlandish Art Revierw, (HNA), El Bosco, subvierte y pervierte el tema del amor romántico con esta fresa, una metáfora tradicional de la unión amorosa, tanto religiosa como mundana, ahora transformada en un pecado.
¿Una ostra o un mejillón? El Jardín de las Delicias se documentó por primera vez en 1517, cuando el canónigo italiano Antonio De Beatis, escribió en su diario de viaje que "hay algunos paneles en los que se han pintado cosas muy extrañas". Estas declaraciones aparecen en un diccionario de imágenes sexuales de Shakespeare y Stuart donde se recoge como el italiano, muy impresionado escribe: "Se representan mares, cielos, bosques, prados y muchas otras cosas, como personas que salen de moluscos, otras que dan a luz pájaros etc...".
Y es que, los mariscos han sido ´símbolos venéreos´ desde la antigüedad, y aunque la concha parece ser de una ostra, porque tiene una dispersión de perlas grises de semen, en realidad es un mejillón, una especie llamada ´Venus Cascarón´.
En definitiva, una obra moralista y bastante compleja, a la vez que hermosa sobre una temática religiosa tan universal como la creación, desde un bello punto de vista de la decadencia de la humanidad.