Los expertos consideran al pavo un alimento proteico de fácil digestión y muy recomendable para la población general. A nivel nutricional se señala que es un alimento de alta calidad, con un bajo contenido en colesterol y grasa, un aporte calórico de 130 calorías por cada 100 gramos de carne magra y rico en proteínas, minerales y vitaminas.

Al pavo se le atribuyen numerosas propiedades saludables entre las que destacaría que:

1-Aporta una elevada proporción de minerales que mejoran la salud y previenen el envejecimiento celular. Contiene selenio (considerado un potente antioxidante celular), hierro (de fácil asimilación y que se considera adecuado para prevenir la aparición de anemia) y zinc (que favorece la cicatrización de las heridas y participa en el funcionamiento correcto de las glándulas y órganos sexuales).

2-Presenta una alta concentración de proteínas (hasta un 25% en la pechuga). Se considera adecuado para incrementar la masa muscular, favorecer la coagulación sanguínea, reforzar el sistema inmunitario y aumentar el aporte de colágeno, queratina y elastina, elementos imprescindibles para la correcta formación de los tejidos.

3-Su digestión es fácil. Suele recomendarse para elaborar purés en combinación con verduras y hortalizas naturales, ya que las proteínas presentes en su estructura se absorben muy bien a nivel intestinal. Se considera muy adecuado para mejorar la nutrición en niños y ancianos o para quienes tienen problemas a nivel estomacal asociados a malas digestiones.

4-Los expertos lo consideran indispensable para lograr una nutrición saludable. Se ha comprobado que el pavo fresco presenta un bajo contenido en grasa y es hipoalergénico, lo que resulta muy importante para quienes padecen alergias relacionadas con la alimentación, pues pueden emplearlo como fuente de proteínas y minerales.

5-Se cree que favorece el descanso porque en su composición química presenta vitaminas del grupo B (que regulan los niveles de magnesio y de GABA, neurotransmisor fundamental para mantener una correcta higiene del sueño) y triptófano (considerado un aminoácido esencial para el descanso, pues regula el ciclo sueño-vigilia).

Es posible consumirlo en numerosas elaboraciones. Puedes prepararlo asado en el horno, marinado, en ensalada, relleno de frutos secos y verduras, a la plancha, troceado en guisos, adobado, en escabeche, o como tú prefieras. Combina con diferentes verduras (zanahorias, patatas, maíz o judías, por ejemplo), pasta (macarrones o espaguetis, entre otras), salsas (mahonesa, vinagreta o alioli, por ejemplo) y arroz.

Acude a un punto de venta donde podrás encontrarlo en forma de hamburguesas y salchichas, por ejemplo, lo que facilitará su consumo por parte de los niños porque les resulta así más atractivo. Es frecuente su consumo en forma de fiambre, pero deberías elegirlo con bajo contenido en grasa y sal y no abusar de su consumo.