Establecer límites es una forma de ganar más espacio personal, tiempo, energía y cosas que queremos. Podemos poner límites en todas las áreas de nuestra vida con la familia, nuestros amigos, parejas y compañeros de trabajo. La razón por la que queremos establecer y mantener nuestros límites es que mejora nuestra ...
Establecer límites es una forma de ganar más espacio personal, tiempo, energía y cosas que queremos. Podemos poner límites en todas las áreas de nuestra vida con la familia, nuestros amigos, parejas y compañeros de trabajo.
La razón por la que queremos establecer y mantener nuestros límites es que mejora nuestra confianza y nos da una mayor autoestima, un mejor entorno de vida y una total y absoluta independencia. Nos inspiramos en la mentora Lizzie Moult para conocer cuatro pasos para establecer límites personales.
Describe claramente cuáles son tus límites personales, tus valores y cualquier sentimiento visceral que tengas. Comprender tus propios límites te ayudará a ver qué límites potenciales puedes imponer que vengan desde el exterior.
Igual muchos de los límites actuales que tienes, pueden ser el resultado de influencias externas como rutinas familiares, relaciones, experiencia de vida, cultura o una etiqueta que podemos haber puesto en nosotras mismas. Así, el primer paso consiste en poner todas las cartas sobre la mesa: lo que haces y lo que no encuentras aceptable.
¿Una situación actual te está afectando o tienes la sensación visceral sobre algo que no está bien? No todas las situaciones son fáciles de leer, por lo que la toma de conciencia es una habilidad que se desarrolla con el tiempo.
Necesitas práctica para que veas cuando alguien está cruzando tus límites personales. Puedes hacer una pausa antes de reaccionar, así que habla contigo misma y pregúntate: ¿Estoy de acuerdo con esto? Este paso es realmente honrar el momento en el que puedes darte un momento y tener mayor idea de lo que necesitas hacer.
Sé valiente y firme con tus decisiones, ten el valor sin vacilar de saber y aceptar sobre aquello que no te hace bien y sabes que está bien poner los límites. Así que, ten coraje, sé asertiva y di un simple no. Un no por sí solo, es una oración completa, y no tienes que comenzar a lanzar excusas o una historia porque simplemente no quieras hacer algo. No está totalmente bien.
Y la segunda opción es hablar sobre el asunto y una vez más ser directa es importante, por lo que pregunta claramente qué es lo que quiere de ti.
Muy bien, ahora ha llegado la parte complicada. Ya has dicho que no, lo has defendido, declarado, y has preguntado asertivamente. Ya puedes respirar hondo porque te lo mereces. Y este es el momento de esperar una respuesta de la o las otras personas en la situación para responder a lo que has compartido.
Y no sientas que necesitas llenar el vacío con palabras. Es importante que esperes las repuesta de las otras partes implicadas, pero no te apresures a saber qué es lo que piensan, cómo van a actuar o si te van a reprochar, porque si te conocen y te quieren, aceptarán tu decisión, y muchas veces ¡te quedarás sorprendida de los resultados! Así que ¡quiérete!
Foto principal: Unsplush