Los guisantes son originarios de Oriente Medio y de Asia Central, provienen de una planta trepadora de la cual emergen las vainas alargadas en las que crecerán resguardadas las semillas del guisante. Cada una de ella puede almacenar hasta un total de nueve unidades. En el caso de los tirabeques se consumen con la vaina, ya que, aunque sí se intuye la presencia de las semillas, su aspecto sigue siendo liso. A diferencia de la envoltura anterior, esta es más tierna, de ahí que se pueda comer. En cambio, la otra es más dura. Pertenece a la familia de las leguminosas. En los supermercados los encontrarás frescos, en conserva y congelados, y en sus múltiples variantes: harina, snack, crema, paté, entre otros. Si atendemos a su valor nutricional, lo más destacable es que "una ración media de guisantes tiene casi tanta proteína como un huevo entero (aunque es de menor calidad)", indican desde FEN. Otro de sus puntos a favor es que son bajos en grasa, recomendados para mantener los niveles de colesterol a raya y en cuanto a minerales tampoco se quedan atrás. Así, en 100 g de este comestible hay 1,5 mg de hierro, 27 de magnesio, 340 de potasio y 122 mg de fósforo. Además, sus niveles de calcio se sitúan en los 25 mg, los de fibra rozan los 8 g y los de agua, casi los 77 g. De este modo son recomendables para regular el tránsito intestinal. Estos comestibles, grandes aliados frente a la anemia, nos permiten gozar de unos huesos más fuertes y son idóneos "para evitar la osteoporosis", tal y como apuntan desde sabervivir.es.

No destierres los guisantes de tu dieta

Continuando con sus beneficios, cabe hacer hincapié en el apartado de las vitaminas, destacando así sus 18 mg en vitamina C y sus 50 (μg) de vitamina A. En el caso de los tirabeques la presencia de la vitamina C es un poco mayor, llegando a situarse en los 23 mg. En la Fundación Española de la Nutrición (FEN) aclaran que, tanto en un caso como el otro, que "una parte considerable de la misma puede perderse durante el proceso de cocción". Por otra parte, inciden en que los folatos, cuyo valor es de 78 μg,"contribuyen al proceso de división celular y a la formación normal de las células sanguíneas", así como también "al crecimiento de los tejidos maternos durante el embarazo".

Estas legumbres juegan un importante papel a la hora de "retrasar el envejecimiento celular", y actúan de barrera protectora del sistema nervioso, entre otras ventajas, según exponen en la página web de sabervivir.es.

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