Los pacientes pueden escuchar o cantar junto con la música, hacer actos musicales improvisados, meditar, e, incluso, acompañar con otros instrumentos musicales. Pero, realmente ¿podemos sanar gracias a las ondas sonoras? Cuando las ondas sonoras llegan a nuestros oídos, se transforman en impulsos eléctricos que suben por el nervio auditivo hacia ...
Los pacientes pueden escuchar o cantar junto con la música, hacer actos musicales improvisados, meditar, e, incluso, acompañar con otros instrumentos musicales. Pero, realmente ¿podemos sanar gracias a las ondas sonoras?
Cuando las ondas sonoras llegan a nuestros oídos, se transforman en impulsos eléctricos que suben por el nervio auditivo hacia la corteza auditiva, el área del cerebro responsable del procesamiento del sonido. Cuando las ondas sonoras llegan a nuestros cerebros, causan reacciones físicas, y este proceso modifica nuestras emociones, hace que se liberen hormonas y desencadena impulsos específicos. De hecho, un estudio publicado en el National Library of Medicine (NIH) demostró que la música aumenta la productividad y la creatividad, y también puede ayudarnos a relajarnos y a sentirnos mejor.
Nuestras emociones se encienden cuando escuchamos música alegre, o cuando escuchamos melodías profundas y tristes, y pueden ayudarnos a analizar mejor nuestros sentimientos y así canalizarlos.
Aquellos que escuchan música reportan menos dolor y ansiedad que aquellos que no lo hacen. Debido a que los sonidos tienen frecuencias variadas y creamos nuestras propias ondas, la terapia de sonido ocurre haciendo coincidir las frecuencias con las que son beneficiosas para la curación y la relajación.
Los trastornos que se ha demostrado que mejoran con la curación sólida incluyen autismo, depresión, discapacidades en el aprendizaje, ansiedad, estrés, trastorno de estrés postraumático y dolor. También puede resultar en claridad y equilibrio, relajación, memoria, enfoque mejorado, sueño mejorado, un sistema inmunológico más poderoso, mayor creatividad, mayor conciencia de uno mismo y de su entorno.
El tratamiento de curación de sonido se puede utilizar con cualquier tipo de música. Tampoco es necesario comprar instrumentos específicos para aprovechar el poder del sonido y la música. Con poner tu lista de reproducción preferida la próxima vez que te sientas un poco de bajón. Notarás inmediatamente una diferencia en tu estado de ánimo.
También hay que considerar el efecto placebo. Si sientes que algo te ayudará a sanar más rápido, inevitablemente lo hará.
Las sesiones pueden variar dependiendo del practicante y el propósito. Los participantes en sesiones como baños de sonido y tratamiento vibratorio se sientan o se acuestan en una posición cómoda, a menudo usando una máscara para los ojos o una manta. Los cuencos se colocan con frecuencia en el cuerpo y alrededor de la cabeza. Tan solo concéntrate en la respiración, déjate llevar, verás como poco a poco tu mente se calma y rediriges toda tu atención a la escucha y el disfrute.