En épocas de guerras o escasez los niveles de estrés aumentan produciéndose desequilibrios en el sistema neuroendocrino que no solo afectan al estado físico y emocional sino también a las tasas de fecundación y natalidad, que disminuyen de forma considerable las posibilidades de que la mujer pueda quedarse embarazada. A la ...
En épocas de guerras o escasez los niveles de estrés aumentan produciéndose desequilibrios en el sistema neuroendocrino que no solo afectan al estado físico y emocional sino también a las tasas de fecundación y natalidad, que disminuyen de forma considerable las posibilidades de que la mujer pueda quedarse embarazada.
A la luz de este escenario, un estudio de 2014 en mujeres con altos niveles de biomarcadores de estrés y ansiedad en el periodo de preconcepción, determinó de que se reducen en un 29% las posibilidades de que sus óvulos se fecunden de forma natural y se incrementa además, el tiempo necesario para que se consiga el embarazo. En otras investigaciones se apunta además, como los niveles altos de estrés y ansiedad aumentan también el riesgo de abortos.
Por si no fuesen suficientes evidencias de la relación entre estrés e infertilidad, un nuevo estudio ha añadido ahora nuevos datos al estudiar la reserva ovárica, es decir, el potencial reproductivo que queda en los dos ovarios de una mujer en función del número y la calidad de los óvulos. Una mujer nace con un número finito de óvulos y su cuerpo no puede crear más. La reserva ovárica disminuida es la pérdida del potencial reproductivo normal de los ovarios debido a un menor número o calidad de los óvulos restantes.
Primeras evidencias de un nuevo estudio
Un estudio en ratas hembras expuestas al sonido de un grito muestra que, tras el mismo, pueden tener una reserva ovárica disminuida y una fertilidad reducida, según un estudio en animales pequeños publicado en´ Endocrinology´, la revista de la Sociedad Endocrina norteamericana.
Los investigadores utilizaron un modelo de sonido de gritos para investigar el efecto del estrés en la reserva ovárica de las ratas hembras. Expusieron a las ratas hembras a un sonido de grito durante tres semanas y analizaron el efecto sobre sus hormonas sexuales, el número y la calidad de sus óvulos y su capacidad para quedarse embarazadas y tener bebés después del apareamiento.
Descubrieron que el sonido del grito disminuyó los niveles de estrógeno y de la hormona antimulleriana de las ratas. El estrógeno es un grupo de hormonas que desempeñan un papel importante en el crecimiento y el desarrollo reproductivo, y la hormona antimulleriana es una hormona producida por los ovarios que ayuda a formar los órganos reproductivos. El sonido del grito también redujo el número y la calidad de los óvulos de las mujeres y dio lugar a camadas más pequeñas.
"Basándonos en estos hallazgos, sugerimos que el estrés puede estar asociado con la disminución de la reserva ovárica. Es importante determinar una asociación entre el estrés crónico y la reserva ovárica porque hacerlo puede ampliar nuestra apreciación de las limitaciones de las intervenciones clínicas actuales y proporcionar una valiosa visión de la causa de la reserva ovárica disminuida", concluyen los investigadores.