El abedul se ha empleado desde tiempos ancestrales para tratar determinadas dolencias. Ha tenido una presencia preeminente en las viejas tradiciones europeas, debido a su amplia presencia en los bosques que recubren Europa. Los druidas lo consideraban el árbol de la sabiduría y se asociaba a la inmortalidad. Ha llegado ...
El abedul se ha empleado desde tiempos ancestrales para tratar determinadas dolencias. Ha tenido una presencia preeminente en las viejas tradiciones europeas, debido a su amplia presencia en los bosques que recubren Europa. Los druidas lo consideraban el árbol de la sabiduría y se asociaba a la inmortalidad. Ha llegado hasta nuestros días y se emplea en numerosos preparados que puedes encontrar a la venta en diferentes centros especializados.
Los principios activos que contiene le aportan su valor terapéutico y se concentran especialmente en las hojas, aunque también se encuentran en las yemas y la corteza. Flavonoides, aceite esencial, salicilatos, taninos, triterpenos, sales minerales, ácidos fenólicos y vitamina C, se presentan en elevadas proporciones.
A las hojas del abedul se le atribuyen muchas propiedades. Se consideran diuréticas, antisépticas, antiinflamatorias, antihipertensivas, analgésicas, astringentes, cicatrizantes, vitamínicas y desintoxicantes.
Las formas de presentación del abedul son numerosas y se puede encontrar solo o combinado con otros compuestos como la cola de caballo, por ejemplo. El extracto de abedul forma parte de varios productos cosméticos (champús, jabones, lociones, cremas anticelulíticas, pomadas antiinflamatorias, exfoliantes o aceites corporales, entre otros).
Puedes encontrarlo en forma de hojas secas o frescas para elaborar una infusión, yemas y corteza para elaborar una decocción, savia, extracto líquido y seco, en forma de cataplasmas, jarabe y comprimidos, entre otras posibilidades.
A pesar de que puedas considerar que el abedul es una alternativa a determinados fármacos (especialmente antiinflamatorios, diuréticos y analgésicos), debe ser administrado correctamente. Es fundamental seguir las indicaciones de tu médico, sobre todo si lo consumes en forma de extracto. Es importante realizar una dosificación correcta para evitar los problemas asociados a la sobredosificación.
Además existen varias precauciones o contraindicaciones relacionadas con el consumo de abedul que debes conocer y evitar. A pesar de que son numerosas, destacarían:
1-Las personas hipertensas, con cardiopatías o quienes consumen fármacos para el tratamiento de problemas cardiovasculares, debes consultar a tu cardiólogo antes de empezar un tratamiento con abedul para evitar incompatibilidades farmacológicas con los medicamentos que te haya pautado o una descompensaciones de las cifras de tensión arterial.
2-Como el abedul contiene taninos, no se aconseja su consumo a las personas que padecen o pueden llegar a padecer úlceras gastroduodenales, gastritis o colon irritable, especialmente si se trata de formulaciones con una elevada concentración de abedul (como sucede con los extractos, por ejemplo).
3-Su contenido en salicilatos, implica que el abedul debe ser consumido siempre con moderación o ser evitado por las personas que pueden llegar a desarrollar hemorragias internas o que siguen tratamientos hemostáticos o con anticoagulantes, especialmente si se trata de consumir extractos concentrados.
4-No se deben consumir ni jarabes ni extractos de abedul durante el embarazo y la lactancia.
5-No se debe administrar a los niños.