El acoso laboral es un problema muy frecuente que afecta a un elevado número de trabajadores a nivel global. Sociológicamente se ha comprobado que afecta a personas de todo el mundo, categoría laboral, edad y género, entre otras variables. Existen varias investigaciones científicas que aportan estadísticas en las que se ...
El acoso laboral es un problema muy frecuente que afecta a un elevado número de trabajadores a nivel global. Sociológicamente se ha comprobado que afecta a personas de todo el mundo, categoría laboral, edad y género, entre otras variables. Existen varias investigaciones científicas que aportan estadísticas en las que se recogen datos demoledores porque el número de afectados es elevado y se ha ido incrementado a lo largo del tiempo.
Definir acoso laboral o mobbing resulta complicado. Se realiza desde la perspectiva de una realidad que se centra en la presión sufrida por los trabajadores en sus centros de trabajo. Esta situación genera emociones negativas (ansiedad, miedo, tristeza o desesperanza, por ejemplo) que interfieren en sus actividades y reducen su calidad de vida.
El acoso laboral puede ejercerlo cualquiera que forme parte de la organización laboral (los propios compañeros, los jefes o los subordinados) porque tiene la capacidad de influir negativamente en el afectado y generar malestar e impotencia, provocando una situación de indefensión que reduce su calidad de vida.
La persona acosada necesita superar una serie de fases sucesivas que darán sentido a la situación que está viviendo. Serían:
1-Reconocerse como víctima de acoso tras darse cuenta de que lo está sufriendo. Es más complicado de lo que puede parecer porque los acosadores pueden disfrazarlo como bromas o ser asumido como algo normal por la víctima. En principio, hacer unas fotocopias aunque no forme parte de tu tarea, puede ser percibido de manera natural, pero, si se repite en el tiempo y te sientes mal por ello, puedes estar sufriendo acoso laboral.
2-Asumir tu rol de víctima de acoso laboral. Ha quedado claro para ti que esas actitudes no son correctas. Ya sabes dónde estás.
3-Hablar con alguien de confianza. Favorece la toma de decisiones para transmitirlo a los responsables adecuados.
4-Pedir asesoramiento legal. La víctima debe conocer sus derechos, saber a lo que se expone y el proceso al que se enfrenta. Recopilar las pruebas personales y las que los demás puedan aportar para afrontar al proceso legal con garantías de éxito, es una opción proactiva que aumenta el bienestar de la víctima.
5-Solicitar ayuda psicológica. Es necesario estar mentalmente preparado y mejorar el estado de ánimo para afrontar correctamente la situación. Hacerle frente al agresor ayuda a la víctima a recuperarse psicológicamente, aunque en el momento inicial resulte muy duro.
La víctima de acoso puede ser la última en percibir lo que le sucede. Si has perdido las ganas de ir al trabajo o te sientes mal en él, acude a tu médico para que pueda realizar un diagnóstico correcto.
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