Fisiológica y anatómicamente, las amígdalas son ganglios situados en la zona de la garganta y cuya función es la de prevenir la aparición de infecciones. Cuando se produce su inflamación debido a que se activan para eliminar los patógenos que se introducen en el organismo, se produce la amigdalitis, un ...
Fisiológica y anatómicamente, las amígdalas son ganglios situados en la zona de la garganta y cuya función es la de prevenir la aparición de infecciones. Cuando se produce su inflamación debido a que se activan para eliminar los patógenos que se introducen en el organismo, se produce la amigdalitis, un proceso que reduce la calidad de vida de los enfermos. Esta patología debe ser diagnosticada y tratada por el médico.
La amigdalitis se presenta a cualquier edad, pero su frecuencia es especialmente alta en los niños, porque su sistema inmunitario está en desarrollo y sus mecanismos de defensa se activan con mayor intensidad. Es necesario realizar un diagnóstico diferencial con la faringitis, por ejemplo, para decidir correctamente el tratamiento.
Los síntomas de la amigdalitis resultan incómodos pero no suelen ser graves. Se incluyen: amígdalas inflamadas, tos, dolor de oídos, dificultades para tragar, dolor de cabeza, fiebre y dolor de garganta, por ejemplo. Son poco específicos por lo que pueden confundirse con otras patologías.
De manera general, para prevenir su aparición sería recomendable evitar el contagio, especialmente en el caso de los niños. Lavarse las manos, no compartir objetos contaminados (vasos, cucharas o juguetes), limitar el uso del aire acondicionado, evitar los cambios bruscos de temperatura, toser o estornudar con un pañuelo de papel delante de la boca y la nariz y taparse la boca y la garganta con un pañuelo o bufanda al salir a la calle, se consideran herramientas útiles para reducir la transmisión.
Los expertos señalan que, para mejorar la inflamación asociada a la amigdalitis, sería recomendable seguir unas recomendaciones sencillas. Se incluyen:
1-Beber líquidos fríos. Lo mejor es hidratar las mucosas con agua.
2-Consumir smoothies, batidos o helados que refrescan la garganta y reducen la inflamación.
3-Chupar caramelos o pastillas específicas para la inflamación y dejar que se diluyan en la boca.
4-Evitar el consumo de bebidas calientes, porque aumentan la inflamación. Si las frías no te apetecen, inclínate por las templadas.
5-Hacer gárgaras empleando agua tibia con sal, alguna bebida alcohólica como el ron o una mezcla de tomillo y limón o miel y limón, por ejemplo.
6-Mantener la zona de la boca y la garganta tapada para evitar enfriamientos.
Acude al médico. Suele pautar un tratamiento que incluye analgésicos, antiinflamatorios y, si es necesario, antibióticos. La recuperación con el tratamiento adecuado suele ser rápida y el pronóstico leve. Si surge alguna complicación, será necesario aumentar el tratamiento o incluso modificarlo. Cualquier decisión en ese sentido debe ser tomada por el médico. Cuando se presentan amigdalitis de repetición, puede ser necesario extirparlas por indicación médica. Es necesario que el paciente entienda las ventajas e inconvenientes de la cirugía.