En el siglo XIX, el paisaje experimentó un importante desarrollo, con el nacimiento de la Escuela de Barbizon en 1830. A partir de entonces, la pintura al aire libre se democratizó y la naturaleza apareció como el tema más inspirador. Bosques verdes, acantilados rocosos y campos arados se convierten en escenarios de predicciones de ciertos pintores.

Estos 6 lienzos se encuentran entre las mejores pinturas de la historia del arte. Seleccionamos en esta primera parte hasta 6 pinturas de paisajes famosos que debes conocer ¡y cambia de escenario por un momento!

1. Nicolas Poussin: paisaje académico

El pintor clásico Nicolas Poussin (1594-1665) realizó una pintura profundamente erudita y profunda, fundamental en la historia del arte. Es notablemente el inventor del "paisaje ideal" donde el hombre está íntimamente ligado a la naturaleza, retratada de manera majestuosa y grandiosa. Invitando al deleite, ofrece una profunda reflexión sobre el lugar del hijo de Adán dentro de la inmensidad divina.

Entre 1660 y 1664 produjo el Ciclo de las 4 Estaciones. Pintada al final de su vida para el duque de Richelieu, la serie presenta bocetos del Antiguo Testamento, en los que el paisaje ocupa un lugar preponderante. Fue con Spring que comenzó a completar el pedido. Aquí, el artista representa a Adán y Eva desnudos. Están en medio de un prado salpicado de árboles, incluido el famoso manzano descrito en Génesis. Pero si de la obra emergen colores cálidos y una luz agradable, es un desenlace dramático el que sugiere el pintor. La inminencia del pecado original está notablemente subrayada por la presencia de Dios en la parte superior derecha, que huye del lugar para preparar el castigo.

2. Canal Giovanni Antonio (también conocido como Canaletto): paisaje urbano

El Gran Canal en la Iglesia de La Salute, pintado por el artista veneciano Canaletto (1697-1760) es un tipo especial de pintura de paisaje. Es exactamente una Veduta ("vista" en italiano), que se caracteriza por la representación exacta de un paisaje, a menudo urbano. Por ser fieles a la percepción de la realidad, las Veduta se realizaron en su momento utilizando varios instrumentos, entre ellos la cámara oscura, antecesora de la cámara.

Si la pintura del maestro italiano quiere ser minuciosa en la representación de la topografía, el paisaje representado no es menos poético. La luz, casi transparente, envuelve la ciudad en una atmósfera suave y cálida y ambienta el atardecer. Además de ser una pintura de paisaje, la obra de Canaletto representa la vida de la gente de Venecia. Los famosos gondoleros están representados cerca del Gran Canal, así como comerciantes y diplomáticos de Oriente.

3. Caspar David Friedrich: paisaje espiritual

Caspar David Friedrich, monje junto al mar (1808-10) ¿A qué hora del día colocarías esta escena? Tal vez por la mañana, como lo demuestra esta niebla blanca envolvente. ¿O sería por la tarde, como sugeriría esta luz que se desvanece en la distancia? La presencia del monje capuchino caminando por esta playa no nos da respuesta. Lo único cierto: parece pensativo ante la inmensidad del paisaje circundante.

Caspar David Friedrich (1774-1840) encaja perfectamente en el romanticismo alemán iniciado en 1770. El lienzo es una notable ilustración de las inquietudes del pintor a lo largo de su carrera. En efecto, sus escenas, inspiradas en la alegoría y la filosofía, invitan a la contemplación del carácter de su obra. De la misma manera que el propio espectador está llamado a contemplar esta vasta extensión enigmática. Casi todo aquí se reduce a la mínima expresión. La línea, el color, la presencia humana, aparece como un simple "detalle" en la composición. Con esta obra, Friedrich parece enviarnos un mensaje: el hombre no es mucho frente a esta naturaleza impredecible, a veces cruel. Así, el Monje junto al mar nos invita a la reflexión, pero sobre todo, a dejar divagar la mente.

4. Eugène Boudin: Marina

Eugène Boudin, Playa de Trouville, 1865. Nacido en Honfleur, Eugène Boudin (1824-1898) extrae la mayor parte de su inspiración del cielo y el mar de Normandía. Admirador de la naturaleza y gran amante de los paisajes marinos, Boudin quiere alejarse de todo. Nacido en un siglo donde domina el arte académico, el pintor emprende sin embargo otro camino: el de la pintura al aire libre.

Boudin tiene la firme voluntad de traducir las impresiones fugaces del paisaje y la evanescencia de la luz, lo que sin duda lo convierte en el precursor del impresionismo . Observador y paciente, está atento a los fenómenos atmosféricos y trata de captar la inmensidad del cielo y las costas de Normandía. Moderno, representa a la nueva burguesía de su siglo, cuyos hermosos vestidos y elegantes sombreros pintó con colores resplandecientes. De formación autodidacta, Boudin aplica su técnica rápida, más sugerente que descriptiva, a sus diversos temas favoritos: las costas y los puertos.

En sus paisajes, el pintor siempre otorga un lugar privilegiado al cielo y sus variaciones. Sus "bellezas meteorológicas" vienen entonces en todas sus formas: bocetos, pasteles, acuarelas, óleos… ¡Pero siempre con toques poéticos, su pintura tan querida por el mundo!

5. Vincent Van Gogh: paisaje atormentado

Vincent van Gogh, Noche estrellada (1889) ¡Sin duda, esta obra es la más conocida de las famosas pinturas de paisajes! El creador Vincent van Gogh se mudó a Arles en 1888. Entonces comenzó una verdadera búsqueda espiritual para el pintor, que trató de luchar contra sus demonios. Aunque representa una suave noche estrellada propicia para el ensueño, algunos de los elementos plásticos de este paisaje ilustran bien su patología: rasgos afilados, espirales infernales y colores contrastantes.

Un estudio de los archivos del artista ha demostrado que mientras las diferentes estrellas están inspiradas en nebulosas muy reales (la nebulosa de Venus era particularmente brillante en 1889), el pueblo es ficticio. La luz deslumbrante y aspirante de la luna no hace nada para iluminar la noche oscura que cae sobre este pueblo de Provenza. Las ramas negras intensas y gruesas del ciprés agregan un toque espeluznante a la atmósfera general. Muchas estrellas amarillas contrastan con los diferentes azules de la noche y hacen que la escena sea grandiosa y aterradora. La atención del pintor se centra especialmente en este arabesco central. ¿Quizás esto transcribe el colmo de su tormento psicológico? También puede ser una muestra de su admiración por el arte y los grabados japoneses , que encontramos en el siglo XIX muchas espirales y colores sólidos.

6. Paul Cézanne: paisaje obsesivo

Paul Cézanne, Sainte-Victoire vista desde la cantera de Bibémus (1897)

Mientras estaba en Provence-Alpes-Côte d´Azur, el pintor Paul Cézanne decidió gradualmente retirarse. Sol, cigarras, árboles frutales… pero sobre todo, la montaña Sainte-Victoire fueron las principales fuentes de inspiración del artista. Esta sierra inspira al pintor nada menos que ochenta de sus cuadros.

Como pintor de exteriores, aprecia los paisajes de mil colores y olores. A diferencia de los impresionistas, Cézanne no disuelve los colores entre ellos, sino que presiona firmemente los contornos que a menudo enfatiza con negro para crear volúmenes distintos. La luz se dispone en empaste, como el amarillo ocre de las piedras y el verde vivo de los pinos, contrastando con el azul del cielo.

No pinta fielmente la realidad tal como la ve, sino que desea crear su propio universo, donde las formas ligeramente geométricas del paisaje presagian el movimiento cubista . Si en general se consideraba a las mujeres las musas de los artistas, para Cézanne fue sin duda la montaña de Sainte-Victoire la que más le fascinó. Escribe: "Durante mucho tiempo me quedé sin energía, sin saber pintar Sainte-Victoire (…). En lugar de asentarse, se evapora, se vuelve fluido. Participa todo azulado en la respiración ambiental del aire".

Foto principal: Artsper