Los expertos señalan que, a nivel nutricional, la carne de conejo es rica en proteínas de alto valor biológico, minerales (fósforo, potasio, hierro, zinc y magnesio) y vitaminas (fundamentalmente del grupo B). Presenta una elevada proporción de ácidos grasos insaturados, beneficiosos para el sistema circulatorio. Su concentración en grasas saturadas y ...
Los expertos señalan que, a nivel nutricional, la carne de conejo es rica en proteínas de alto valor biológico, minerales (fósforo, potasio, hierro, zinc y magnesio) y vitaminas (fundamentalmente del grupo B). Presenta una elevada proporción de ácidos grasos insaturados, beneficiosos para el sistema circulatorio.
Su concentración en grasas saturadas y colesterol es baja, lo que resulta interesante para quienes deben seguir una dieta específica en este sentido. Posee un bajo contenido en sodio, por lo que resulta adecuada para personas con problemas renales o hipertensión arterial que siguen dietas bajas en este elemento.
Además, el aporte calórico es reducido (100 gramos de carne proporcionan unas 135 calorías, aunque a este nivel influye mucho el método de elaboración). Este bajo aporte calórico resulta muy interesante para quienes siguen alguna dieta dirigida a mantener o reducir el peso.
Estas características la convierten en un alimento de elección para quienes desean mantener la línea y cuidar su salud. A ello se pueden añadir una serie de beneficios entre los que destacarían que:
1-La alimentación del conejo criado para consumo humano está absolutamente controlada por los organismos sanitarios correspondientes.
2-Se considera carne blanca baja en grasa y muy nutritiva.
3-Resulta más económica que otras carnes (como la ternera, por ejemplo) y puede favorecer mantener una economía saneada en tu hogar.
4-Pueden consumirla todos los grupos de población (desde los niños a los ancianos) porque resulta fácilmente digerible.
5-Se considera especialmente recomendable para niños, adolescentes, personas mayores y grupos de población con necesidades de proteínas elevadas (como las embarazadas o los deportistas, por ejemplo).
6-Es prácticamente inexistente la aparición de alergias asociadas a su consumo.
7-Es un alimento fácil de utilizar en la cocina para elaborar diferentes recetas porque combina con todos los grupos de alimentos y admite especias de todo tipo.
Cuando vayas a comprarlo es fundamental que el conejo sea fresco, esté limpio y lo troceen en función de tus necesidades. No es imprescindible consumir el hígado, los riñones o la cabeza si te resultan repulsivos, aunque su ingesta no está desaconsejada y pueden emplearse para preparar algunas recetas porque dan sabor a tus platos.
No debe mantenerse a temperatura ambiente mucho tiempo. En cuanto llegues a casa guárdalo en la nevera, en el mismo envase en el que lo has transportado y no lo dejes sin cocinar más de dos días para evitar que se seque demasiado y se endurezca la carne.
El conejo combina con todo (verduras, hortalizas, cereales y otras carnes, por ejemplo) y puede consumirse en frío o caliente. Puedes preparar deliciosas y sencillas recetas aptas para todos utilizando como base o acompañamiento la carne de conejo.