El bonito del norte mide un metro y pesa entre 4 y 15 kg. y, el denominado atún claro, mide de 3 a 8 metros y pesa de 200 a 800 kg. El atún rojo se utiliza en la cocina japonesa o para preparar la mojama, puede llegar a medir 3 metros y pesar unos 250 kg. Lo mismo ocurre con el que compramos enlatado, que no siempre es bonito, debes fijarte en la etiqueta para saber lo que compras y poder elegir lo que realmente deseas.

Se considera bonito del norte el que se pesca entre Azores y Escocia, Cantábrico incluido, del que la calidad es indiscutible. El bonito gallego, por ejemplo, lleva una etiqueta verde en la cola que garantiza su procedencia y cualidades especiales, pues utilizan pesca artesanal con anzuelo, capturándolos de uno en uno (y no con volantas) para que sea ecológico y sostenible. Llega al consumidor sin conservantes; únicamente se utiliza el frío para mantenerlo en buenas condiciones hasta su comercialización.

Cuando lo compres, debes limpiarlo correctamente y guardarlo en la nevera. Puedes consumirlo inmediatamente, congelarlo hasta tres meses o envasarlo al vacío, por ejemplo. Los expertos valoran especialmente la ventresca (el vientre, que contiene más grasa que los lomos) y el cogote (una parte muy jugosa). Es un pescado muy versátil que puede consumirse a la plancha, en frío o en caliente.

Al ser un pescado azul contiene más grasa que el blanco, pero se ha determinado que aporta unos 6 gramos de grasa por cada 100 gramos de producto limpio. En su composición podemos destacar la presencia de una alta proporción de proteínas de alto valor biológico, grasas proporcionadas (monoinsaturadas y poliinsaturadas, con alta proporción de ácidos grasos omega 3), vitaminas (A, B, D y E), minerales (potasio, sodio, yodo, fosforo y magnesio), sin carbohidratos y 100 gr. aportan 164 kilocalorias.

Entre sus propiedades saludables destacarían:

1-Los ácidos grasos omega 3 se consideran protectores del sistema cardiovascular.

2-Las vitaminas del grupo B favorecen el correcto funcionamiento del sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos.

3-La vitamina D favorece la fijación de calcio a los huesos y el desarrollo de los dientes.

4-La vitamina A mejora la regeneración de las mucosas y estimula el sistema inmunitario.

5-El yodo es fundamental para el buen funcionamiento de la tiroides.

6-El magnesio participa en la actividad de intestino, nervios y músculos.

Contiene purinas (que se transforman en ácido úrico), por lo que no se recomienda un consumo elevado en casos de gota o si tienes altos niveles de ácido úrico. También el alto contenido en metales (fundamentalmente mercurio en sus vísceras y partes más grasas) aconseja reducir o evitar su consumo excesivo en niños y embarazadas para evitar problemas.