Si entramos en detalle sobre cómo se hace una y otra veremos que ya existen diferencias bastante considerables. Para preparar la pizza se necesita harina, agua templada, levadura, sal y un poquito de aceite de oliva. Lo ideal es que utilices el agua para disolver la levadura prensada y que ...
Si entramos en detalle sobre cómo se hace una y otra veremos que ya existen diferencias bastante considerables. Para preparar la pizza se necesita harina, agua templada, levadura, sal y un poquito de aceite de oliva. Lo ideal es que utilices el agua para disolver la levadura prensada y que tamices la harina. Después, coge un recipiente y deposita la harina, forma un agujero en el centro y vierte en él la levadura con agua. A continuación, añade el aceite y la sal. Tras este paso, pásala para la encimera y amásala con las manos. Para evitar que se adhiera a la superficie, espolvorea un poco de harina sobre la misma. Una vez que notes como se separa de las manos y no queda pegada, forma una bola y pásala para un cuenco. Tápala con un paño húmedo y déjala que repose sin meterla en la nevera. El tiempo dependerá de la receta que hayas escogido, pero lo normal es que tengas que dejarla hasta que doble su volumen.
En cambio, si vamos a preparar una pinsa necesitaremos diferentes tipos de harina y el tiempo de reposo es todavía mayor. En el canal de Las recetas de Giallozafferano vemos como utiliza harina de trigo, de soja y de arroz, así como levadura, agua y sal. El experto coloca en el bol las harinas mezcladas, la levadura seca y el agua fría y comienza a amasar los ingredientes. Después coloca la masa en la encimera y continúa trabajando la masa con las manos. A continuación, la pasa para un cuenco, hace tres cortes con un cuchillo, espolvorea la sal y vierte un poco de aceite y de agua por encima. Continúa mezclando todo con las manos y vuelve a añadir un poco de agua. Cuando los ingredientes comienzan a absorberse, vuelca la masa de pinsa sobre la encimera y sigue amasándola hasta obtener una bola compacta. Luego, la tapa con el cuenco y deja que esta repose 15 minutos. Transcurrido el tiempo pertinente, espolvorea un poco de harina por encima y la amasa. Llegados a este punto, unta el interior de un recipiente con aceite y deposita la masa en él, dejándolo reposar a temperatura ambiente 2 horas. Cuando transcurra el tiempo, la guarda en el frigorífico durante 24 horas y tapa la mezcla con papel film.
A partir de aquí, el profesional muestra los pasos a seguir antes del horneado. Moja las manos en agua, corta un trozo de masa con las manos y la pone sobre la sémola extendida en una bandeja. Vuelve a repetir el proceso con otro trozo y deja que fermente entre 3 y 4 horas en la nevera. A partir de aquí coloca la masa sobre la sémola y deja las marcas de los dedos en ella. Le da forma ovalada y una vez que agrega los toppings deseados deja que se cocine al horno. Otra de las diferencias entre la pinsa y la pizza es el formato, ya que en la primera se le da forma de óvalo, mientras que a la segunda el más común es el redondeado, pero podemos verla también el rectangular. El resultado final es otra de las claves. Así, la pinsa posee una textura más ligera y crujiente en su exterior y esponjosa en el interior. Por su parte, la pizza es más contundente.
FOTO PRINCIPAL.: Foto de sheri silver en Unsplash.