El bloc de notas de mi iphone tiene tanto que decir de mí (y de mis procesos mentales) que podrían salir subtítulos en cada nota como los que actualmente son tendencia en los Reels. 1260 notas. La primera del 28/2/11.

Y aunque hago limpieza a menudo, me cuesta desprenderme, cosa que no acostumbra a pasarme con lo material. Es mi herramienta de a diario para todo. Cuando hace años, en el proceso de las copias de seguridad o catástrofes tecnológicas varias, se perdían las fotos a mí me daba igual porque lo que de veras me importaba eran las notas.

En mi bloc hay desde la nota del curso escolar actual (en la que anoto todo lo debo hacer, quiero hacer, he hecho o haré en este curso o en el de mi jubilación, a este paso), hasta la de los deberes ("Deberes para casa", la llamo; así de alumna obediente soy), pasando por la lista de la compra (de esto hablaremos también porque tengo un método que me ha permitido no tener que volver al súper al rato), entrenos (donde anoto los días para no repetir y alternar), agenda (he probado otras herramientas y nada como elaborarla yo misma y la satisfacción de poner check a todo lo que hago), menús (los de octubre han pasado a llamarse noviembre y en esta tónica de alimentación creativa pienso seguir), frases de lecturas (este verano me he vuelto más pro y freak a la vez y uso el micrófono para transcribirlas; de cómo me mira la gente de la toalla de al lado en la playa también podemos hablar si queréis), lecturas (trabajar leyendo toda la jornada me parecería un planazo), libros (nunca he usado un digital ni creo que lo haga), la pestaña de Personal (en la que tengo más de un candado), una que se llama "Edades" (porque tiendo a quitar y poner años a mi familia con una facilidad abrumadora y la cosa empezaba a ser ofensiva) y alguna otra nota friki como por ejemplo escribir lo que hice cada día durante los 3 meses de confinamiento. ¿Alguien en la sala que supere esta rareza?

Desde el 25/7/12, que abrí mi perfil en Instagram, en mayor o menor medida, he escrito públicamente un poco. Hace demasiados años ya lo hacía a título personal en documentos Word que almacenaba en un disco duro externo que pasó a mejor vida y del que todavía me acuerdo (¿se supera alguna vez la pérdida de un dispositivo digital de almacenamiento?).

En Instagram mantengo el mismo nombre desde hace 10 años: @cristinismos. Y bajo este nombre, una de las experiencias relacionadas con la escritura que recuerdo como de las más divertidas fue una ronda de preguntas y respuestas que hice en formato publicación, ya que las Stories todavía no existían. Actualmente, esta tendencia se usa muchísimo en Stories pero por aquel entonces no conocí a nadie que la hubiese puesto o pusiera en práctica. Recuerdo perfectamente que perdí muchos seguidores porque durante unos días solo publiqué textos y ningún look, que era para lo que mayoritariamente usábamos Instagram en mi comunidad; tanto a quien seguía como quien me seguía buscábamos eso: ideas de looks, tendencias y todo aquello inspiracional relacionado con el mundo de la moda o la belleza. Y en ese momento de unfollows ya me planteé (y en el fondo dudé) si en ese espacio virtual encontraría mi lugar para escribir; algo, que como ya he dicho, hago desde hace años porque me fascina.

Entonces se me ocurrió acompañar de texto los selfies que publicaba a diario para mostrar mi look. Me pareció una vía fácil para compartir con mi comunidad mis pequeños escritos. El look siempre fue la excusa para poder redactar textos positivos, reflexiones, sobre situaciones cotidianas, anécdotas, humor y también alguna frustración y comentar todas ellas con mis seguidor@s y enriquecernos mutuamente. Todavía hoy hay quien me manda un privado haciendo mención a estos posts y a animarme a volver a hacerlos. Os ahorro tener que deslizaros por mi galería 10 años atrás para leer alguno porque borré todas estas publicaciones. ¿El motivo? Pues yo, siendo yo, no era yo. Y era una sensación un tanto extraña.

Os he puesto en antecedentes para compartir con más sentido con vosotr@s por qué escribir un post mensual en este espacio digital me atrae y me apetece tanto. Y es que si además escribo sobre las propuestas de temas que aportasteis, la motivación y las ganas aumentan; a mí por escribir sobre ello y espero que a vosotr@s por leer lo que tenga para aportar a temas que son de vuestro interés.

Una de estas propuestas fue saber por qué y sobre qué escribo a título personal. Y aquí os dejo la explicación de lo que supone para mí escribir:

Escribir frena impulsos si los hay, pone en orden ideas random, estabiliza cuando algo/alguien inestabiliza, ayuda a ver las cosas con claridad, favorece la producción, empuja a tomar decisiones y a aliviarte respecto a las ya tomadas (o no! y entonces vuelves a empezar), hace recordar lo que no deberías olvidar nunca (lo bueno y lo que no lo es tanto), facilita ver con claridad aspectos de diferentes ámbitos de la vida y, lo más enriquecedor: es un pilar fundamental para evitar conflictos innecesarios y malestar. Nada ha sido más eficaz para mí que la escritura para prevenir enfrentarme a alguien que no merece tiempo ni energía, dar boleto a una relación que no suma, transmitirle a alguien cómo te sientes o cómo te ha hecho sentir, poner punto y final a algo a medias que sabes que no será capaz de llenarte nunca, o incluso, y sorprendentemente, poder mirar fotos de personas que ya no están en tu vida (y no quieres ni dejarás que vuelvan) pero no sientes emociones perjudiciales para contigo al verlas ahí ni tienes necesidad de deshacerte de esas imágenes, porque escribir sobre ellas y la experiencia te ha ayudado a hacer un duelo constructivo. Solo por esta liberación ya compensa escribir, ¿no creéis?

Aunque lo más constructivo de esta terapia que recomiendo es que cada escrito, por corto que sea, favorece el autoconocimiento, lo cual a su vez beneficia al crecimiento personal y hacernos un poquito más grandes por dentro cada día debería estar recetado por el médico.

Si has llegado hasta esta línea me doy por satisfecha y te diré por qué: pues porque si eres de los que ya está invitad@ querrá decir que te has sentido "como en casa" leyendo este post y si eres de l@s que invito significa que he conseguido mantener la esencia con la que acostumbro a comunicarme en Instagram y que ha hecho que quien me lea tenga ganas de volver a hacerlo.

Yo, siendo yo, no soy yo. Y es una sensación maravillosa. Haruki Murakami - Sherezade, de Hombres sin mujeres.