La horchata sabe mucho mejor si la tomamos con unos buenos fartons

 

Maribel Martínez

Fuente de vitaminas y minerales, esta bebida típica de la Comunidad Valenciana con siglos de historia es una de las estrellas del verano. Su mejor compañía: unos bollos alargados y muy esponjosos

15/08/2014

Cuenta la leyenda que, al llegar el rey de la Corona de Aragón Jaime I El Conquistador a la zona de levante durante la Reconquista, en el siglo XIII, una aldeana le ofreció un vaso con un líquido que parecía leche, pero de sabor mucho más dulce, aromático y muy ...

Cuenta la leyenda que, al llegar el rey de la Corona de Aragón Jaime I El Conquistador a la zona de levante durante la Reconquista, en el siglo XIII, una aldeana le ofreció un vaso con un líquido que parecía leche, pero de sabor mucho más dulce, aromático y muy sabroso. El monarca, encantado con lo que le acababa de ofrecer la señora, quiso saber de qué se trataba. La mujer le explicó que se trata de una especie de leche que producían a partir un tubérculo propio de la huerta valenciana, con forma de nudo, la chufa, que procede de la raíz de la juncia avellanada. Asombrado por la explicación, el rey exclamó: “Açò no és llet, açò és OR, XATA!” (“¡Esto no ese leche, esto es oro, chata!”). 
 
Este es el origen mítico del nombre de esta deliciosa bebida que nos endulza cada verano. La más valorada es la que proviene de la Comunidad Valenciana, donde tiene su propia denominación de origen, pero no es exclusiva de esta zona, ni si quiera del país. Ya en el Antiguo Egipto utilizaban la chufa, pues se han encontrado vasos con chufas como parte del ajuar funerario de los faraones.
 
Estos tubérculos llegaron a la península desde el norte de África, donde su consumo fue muy popular. Dos de los motivos para su expansión por este territorio parecen ser la prohibición de bebidas alcohólicas por motivos religiosos y por sus propiedades medicinales. En el siglo XVI, el médico de Carlos I constataba lo beneficiosas que resultaban para combatir las inflamaciones de las vías respiratorias y algunas molestias estomacales. La tradición popular valenciana considera a la horchata de chufas un remedio eficaz frente a trastornos diarreicos.
 
Hoy en día, se sabe que es una bebida rica en minerales, como fósforo, magnesio, potasio, calcio y hierro, además de grasas insaturada y proteínas. Su origen vegetal, resulta una bebida energética y nutritiva, y porporciona beneficios cardiovasculares similares al aceite de oliva, con lo que contribuye a disminuir el colesterol y los triglicéridos por su alto índice de ácido oleico. Además, es baja en sodio, por lo que es apta para pacientes con hipertensión.
 
Su mejor acompañante
La única manera de mejorar la degustación de una buena horchata artesanal valenciana es mojando en ella un fartó esponjoso y ligero. Se trata de una especie de bollo alargado, recubierto de azúcar glaseado, creado ex profeso para tomarlo con esta bebida. Los maestros horchateros de la localidad valenciana de Alboraya buscaron durante siglos el compañero perfecto para disfrutar de una horchata bien fresquita. Pero no fue hasta la década de lo 60 del siglo pasado que la familia Polo dio con la receta perfecta: un bollo elaborado con aceite de girasol en vez de manteca para obtener una textura mullida al que dieron una forma alargada para poder introducirlo hasta el fondo del vaso. Cuando el frío aprieta, no hay más que cambiar la horchata por un chocolate caliente para seguir disfrutando de este manjar con el que el rey Jaime I hubiera quedado encantado.
 
 
Foto: Fartons Polo
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