Los caldos, las sopas, las cremas, el consomé, los potajes y purés vuelven a nuestras mesas para aclimatar nuestro cuerpo ante el frío y para reforzar el sistema inmunitario. Seguro que ya echabas de menos su olor y su sabor. Aunque en un principio puede que den un poco más de trabajo que otras elaboraciones, piensa que al hacer más cantidad de la que necesitas te servirá para comer más de una ración. Una vez que enfríen puedes guardarlas en un táper dentro del congelador, así si algún día vas justa de tiempo o no te apetece cocinar, podrás recurrir a lo ya almacenado. Dicen que la sopa de cebolla y de ajo va genial para los catarros, ya que es un buen remedio para enfrentarse a los virus y bacterias, así como para subir las defensas. Dentro de la gastronomía francesa existe una sopa a la que se añade cebolla, pan tostado y queso, y que luego se gratina en el horno. Esta receta es sencilla, seguro que la gran mayoría de los ingredientes los tienes ya en casa porque son de uso cotidiano, y al darle un toque final de horno se le aporta un valor añadido al resultado final. El emblemático cocinero Karlos Arguiñano también ofrece su propia versión en el canal de Hogarmania.

Sopa de cebolla gratinada

Ingredientes

• Zancarrón.
• 100 g de queso rallado.
• 25 ml de brandi.
• 1 trozo de pan.
• 6 cebollas.
• 2 puerros.
• 1 zanahoria.
• Harina.
• Aceite de oliva.
• Sal.

Elaboración:

Pon una olla al fuego con agua, mientras se va calentando aprovecha para limpiar, lavar y cortar los puerros sin retirarle la parte verde y la zanahoria. Introduce también el zancarrón entero y espolvorea un poco de sal por encima. Tapa el recipiente y deja que se haga durante media hora. Coge una cazuela, vierte un chorro de aceite, prepara las cebollas, retírales la piel, córtalas en juliana y mételas dentro de la olla. Remueve bien con un utensilio de madera y echa sal. Cuando veas que se pochen, añade la harina y rocíalas con el brandi. Flaméalo y con un cazo ve agregando el caldo anterior. El chef reserva el trozo de carne para elaborar un aperitivo. Después corta el pan en rodajas, tuéstalas en el horno y ralla el queso. A continuación, deposita en unos cuencos aptos para horno la cebolla escurrida con el caldo, coloca el pan tostado por encima y luego el queso rallado. Por último, gratínalo unos minutos.

Como se trata de preparar platos desde cero. El objetivo no es utilizar aquellos alimentos que ya vengan envasados o que estén previamente cocinados y tan sólo tengamos que calentarlos o juntarlos con el resto de ingredientes de la receta seleccionada, sino que se trata de adquirir el producto al natural, ya sea en el supermercado, en la tienda de tu barrio o en la frutería. Las legumbres suelen ser uno de nuestros salvavidas en esta época del año. Y es que las lentejas, los garbanzos y las alubias alimentan el cuerpo y el alma. Nos aportan vitaminas y nutrientes. Recuerda ponerlas a remojo unas horas en agua fría antes de cocinarlas, con el fin de limpiarlas y evitar que estén tan duras. Después, escúrrelas y lávalas de nuevo. Verás que han incrementado su volumen tras la hidratación. Llevar a cabo este proceso puede ayudarnos a que la digestión de estos comestibles no resulte tan pesada. En un vídeo reciente de Loli Domínguez nos ofrecen una receta que nos viene como anillo al dedo. Es una propuesta sencilla, variada, colorida y nos resolverá una comida.

Huevos con garbanzos y verduras

Ingredientes

• 400 g de tomate frito estilo casero.
• 250 g de garbanzos cocidos.
• 4 huevos.
• 2 o 3 calabacines.
• 1 cebolla.
• Dientes de ajo.
• Pimentón rojo.
• Comido molido.
• Pimienta molida.
• Aceite de oliva.
• Sal.

Elaboración:

Pica los ajos y las cebollas con el cuchillo o en una picadora. Lava los calabacines, retira los extremos y no les quites la piel, córtalos en trozos menudos. A continuación, pon una cazuela al fuego con aceite y deja que se caliente, añade la cebolla, los ajos picados y la sal. Cuando se poche, agrega los calabacines. Rectifica de sal y espolvorea la pimienta. Tendrán que hacerse unos diez minutos, vierte por encima el tomate y condimenta con el pimentón y con el comino. Luego, incorpora los garbanzos. Después de 10 minutos, haz un poco de hueco con un utensilio, casca los huevos procurando que sólo caiga la clara en el recipiente de cocción. Reserva las yemas en un cuenco pequeño previamente untando con aceite. Una vez que estén cuajas, introduce las yemas a la elaboración. Deja que se hagan unos minutos.

Los purés son otro de los reclamos de esta temporada, aunque no siempre quedan como en realidad nos gustaría. Para conseguir una textura espesa prueba a echar una patata cortada durante la elaboración. Si lo que te preocupa son los grumos, pásala por la batidora, así la mezcla te quedará más homogénea. En cambio, si lo que buscas es cremosidad, emplea nata, leche o quesitos. La utilización de especias como la pimienta negra, el curri o el comino pueden contribuir a que no quede soso. Para que no esté tan aguada, controla el líquido que le vas añadiendo durante la preparación. Lo recomendable es que vayas calentando el agua en un cazo aparte y que con un cucharón la vayas suministrando, así no romperás la cocción. Como broche final puedes añadir por encima picatostes, pequeñas láminas de jamón o de queso rallado. En Rico Rico Recetas nos enseñan a preparar un puré de coliflor al que no le echan lácteos.

Puré de coliflor

Ingredientes

• Una coliflor.
• Un puerro.
• 400 ml de agua.
• Aceite.
• Pimienta.
• Sal.

Elaboración:

Primero, desecha la raíz y el tallo del puerro, y aprovecha su parte central. Quítale la primera capa y córtalo en rodajas. Luego, retira las hojas y el tallo a la coliflor, y córtala. Seguidamente, en una olla al fuego, echa un chorrito de aceite, añade el puerro para sofreírlo, salpimiéntalo y remueve. A continuación, le tocaría el turno a la coliflor. Vierte el agua por encima, tapa la olla y deja que se cueza unos 15 minutos. Finalmente, tritura todo con una batidora de mano. Cuando lo vayas a servir acompáñalo de un chorrito de aceite y picatostes.

Las verduras rehogadas también tienen su punto. Sólo hay que cocerlas con unas patatas y después introducirlas en el recipiente en el que hayamos dorado el ajo, la cebolla y pimentón dulce para impregnarlas con este aroma. Se pueden complementar con unos huevos cocidos. Desde Cocinatis nos dan todas las claves para que la receta de acelgas rehogadas sea un éxito. Tan sólo necesitas 20 minutos para comprobarlo.

Acelgas rehogadas

Ingredientes

• 500 g de acelgas.
• 50 ml de vino blanco.
• Patatas.
• Cebolleta.
• Dientes de ajo.
• Almendras tostadas.
• Pimentón dulce.
• Aceite de oliva.
• Sal.

Elaboración:

Limpia, pela y corta la cebolleta. Haz lo mismo con los dientes de ajo y pica las almendras. A continuación, extrae las pencas a las acelgas con un cuchillo, enrolla sus hojas y córtalas en dados. Después, dora los ajos en una cazuela con aceite, añade la cebolleta y las pencas. Remueve y fríe unos minutos con la tapa puesta. Transcurrido ese tiempo, pon las acelgas, vierte el vino y echa sal. Incorpora las patatas ya cocidas, las almendras tostadas y el perejil. Sírvelas en un plato, espolvorea un poco de pimentón y vierte un chorrito de aceite por encima.

FOTO PRINCIPAL.: Foto de sheri silver en Unsplash.